miércoles, 30 de abril de 2014

ENEMIGOS DE LA CULTURA


Allí están. Ellos son.

Cuando tomaron los micrófonos, sin saber cantar, y se llenaron la boca de términos que de por sí eran más grandes que su entendimiento, como pluriculturalidad, multiculturalidad, o revolución cultural. Ni ellos mismos sospechaban que su revolución cultural significaba atracar los espacios culturales con tanto esfuerzo ganados, para avasallar todo esfuerzo humano que trascienda más allá de las necesidades primarias del vestido, la comida y el excremento.

Esta semana nos sorprendieron con la noticia de que a falta de documentación, pero por sobre todo sentido común, quieren desalojar a la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos del salón Valerio Calles ubicado en plena plaza principal.

Y que se podía esperar de aquellos que no han vivido siquiera la primera revolución cultural de la humanidad, y apenas son antropoides erguidos, con la suficiente viveza para manejar un celular de última generación, pero incapaces de entender los procesos íntimos de la subjetividad humana.

Ante este atropello, ya se dispuso un libro de firmas en el mismo sitio. Pasemos y apoyemos.

SERGIO GARECA  

jueves, 24 de abril de 2014

EL PÚBLICO LECTOR ESTÁ ENVEJECIENDO


Ayer se celebró el día del libro. Por la mañana CODECLI, el Comité Departamental de Clubes del Libro, puso en pie su tradicional acto de conmemoración con paneles y muestra bibliográfica, en la Plaza Castro y Padilla y por la noche, el colegio Alemán, liceo Antofagasta, William Booth y Colegio Rikie llamaron a una velada poética.

Con mucha solemnidad los clubes del libro pronunciaron discursos y repartieron hojitas de papel con frases de autores consagrados. Los clubes del libro están compuestos en su mayoría por las mismas señoras que mes a mes se reúnen, y constituyen el único público posible de las presentaciones de libros. Ni estudiantes de la normal, ni profesores de literatura, ni libres pensadores independientes.

Esto me recuerda, como anécdota que el año 2011 convocamos a un taller a los profesores de literatura de los establecimientos mediante carta a cada dirección de establecimiento de la ciudad y solo asistieron dos maestros, una de primaria y otro de matemáticas.

Por la noche, en festival de declamación, con una lista kilométrica de participaciones, entonaron viejas loas y poemas, desde el Seminarista de los ojos negros, pasando por el Pájaro revolucionario, un terrible poema al aborto como Carta del niño no nacido, y llegando al colmo con Rojo, amarillo y verde de Juan Enrique Jurado.

Toda esa poesía arrastrada de los pelos por la historia hasta los escenarios llenos de niñas con vestidos de gala, decoración y reconocimiento de flores plásticas.

En el primer caso, los clubes del libro se reservan el derecho de fidelidad a la literatura, pero también han creado el estereotipo de “sociedad”, y el “privilegio” de la lectura, propio de gente culta a diferencia del vulgo. Con ellas culmina la historia lectora de la ciudad y tras de ellas no queda nadie. Esto sin desconocer la amplia vocación de sus organizaciones y su mérito propio y característico.

En el segundo caso, las mentes de los niños y de los jóvenes declamadores ya vienen envejecidas. Sin oportunidad alguna de encontrar un poema que no haya pertenecido a la generación de programas radiales como los de Radio Emisoras Bolivia o Radio El Cóndor y seguramente con amplia nostalgia de sus padres que de seguro tuvieron maravillosas noches de gloria y fama. En esta ciudad sin librerías, sin nexos sin ganas de leer donde cada desnutrido mental sale a pasear el motor de un automóvil que no lleva a ninguna parte y, más del 50 % de la población pertenece a generaciones que crecimos con el televisor, con teléfono celular e internet, con carnaval y Obra Maestra, sin dictadura, sin Guerra del Chaco, con democracia y transcultura, con tradiciones y plurinacionalidad, en fin una ensalada cultural, donde poesía es sinónimo de “hora cívica”, de paletó, de hipocresía, donde la ficción solo es concebible en 3D ¿qué podría importarnos un libro?

El mundo real, nuestro mundo, hecho de marcha, futbol, desfile y carnaval, ha decidido ser la ciudad que prohíba la imaginación y se ha auto condenado a extinguir todo intento de cultura que gire fuera de su ruleta, y se empeña en educar desde temprana edad a que los niños sean dinosaurios, a que se vistan de colorados y se les suban los colores al rostro.

Pero yo sé y tengo fe que invisibles a los ojos de zoognosis, los labradores insomnes, como dijera René Antezana, husmean  en la oscuridad del día, en la incandescencia de la noche, las alas sublimes de aquel artefacto, cuya boca muerde con ternura las miradas, o se ilumina a un clic, que descarga la Gran Comedia Humana, y tras leve respiración se solaza. Pero ¿dónde es aquel lugar en este desierto  donde despiertan los sueños? ¿O no era acaso Juan Mendoza el que se estrelló en arenales y le dibujó una tostadita de cordero al Principito?, ¿No era Van Gogh ese que se paseaba en los pajonales amarillos?, ¿O no es acaso Virgilio aquel que nos trajo hasta aquí?, ¿No es Oruro mejor que Macondo?, ¿o no se acaban de morir, para todos, aquellos que vivirán para siempre?

 

SERGIO GARECA

  

 

 

martes, 8 de abril de 2014

ENTREVISTA CON LA K’ACHA VIUDA Alma Tunante: Estimados amigos, hoy en el colectivo de Perro Petardos tenemos, a manera de primicia, la entrevista a una espectral presencia. Señores y señoras, damas y caballeros, con todos ustedes, “La Viuda”. Señora Viuda, muchas gracias por aceptar la invitación, imaginamos que debe estar muy ocupada. K´acha Viuda: Gracias. Antes que nada quiero aclarar que en Oruro me llaman de diferentes maneras, La Viuda, Viuda Negra, y en últimas representaciones se les ha dado por llamarme K’acha Viuda, por eso de la hermosura, claro, pero nunca me habían llamado “señora” y yo prefiero evitar este último calificativo. No acostumbro el salir de día, pero hoy por ustedes, he hecho una excepción. Alma Tunante: Entonces como prefiere que la llamemos? K´acha Viuda. Me gusta lo de K’acha Viuda, da mas glamour. Alma Tunante: Quisiéramos saber quién es La K’acha Viuda? K´acha Viuda. Uy, difícil pregunta! Yo siempre he querido permanecer en el misterio, pero la verdad cuando tienes cierto carisma es un poco complicado, además cómo culpar a quienes relatan mis historias? Digamos que cada una es bastante pintoresca y realmente debo permanecer impresa en la memoria de muchos (ríe). Para ser simples, te diré que la K’acha Viuda es un espejismo. Mi manera de presentarme es una de las mejores maneras de seducir a un hombre: me visto muy elegante, a mí me gusta enjoyarme mucho, soy muy coqueta. Digamos que soy una dulce tentación que se convierte en un fiasco! Abandono a los hombres en la pampa... a muchos incluso como vinieron al mundo! (ríe de nuevo), o en el muladar, que es donde deben estar algunos. Alma Tunante: Y quiénes serían esos “algunos” ? K´acha Viuda: En realidad en esta categoría hay de todo. No quiero develar aún todos los misterios. Pero mira, en algunos cuentos me pintan como el mismo Tio de la mina que se transforma en mujer para tentar, esta versión es una de mis favoritas, porque se sabe que el Tio es engañoso, te puede dar todo y te puede quitar todo, según su ánimo. Podría decirse que es burlón como yo y esa analogía, me gusta. Es interesante imaginárselo (al Tio) en las vestes de una hermosa mujer, no? Hay un escritor, Montoya creo se apellida, según él es así. Es decir, tiene un cuento muy interesante donde el Tio se transforma en Viuda y le da un escarmiento a un juk’u... Alma Tunante: Qué es un Juk’u? K´acha Viuda:. Juk’u en quechua quiere decir búho o lechuza, en jerga popular se conoce así al ladrón de mineral, de esos que entran a las minas y no realizan ninguna ofrenda al Tio, sólo roban. Se te ve en la cara que algunos juk’us modernos están viniendo a tu cabeza, no? Alma Tunante: Si, realmente la imagen ha sido sugestiva y se nota que es usted muy buena observadora. Pero díganos, los juk’us son sus víctimas? K´acha Viuda: Si, entre otros. Y para que no digas que soy mich’a con lo que les cuento, te diré que a mi me gusta escarmentar también a los tunantes. Es decir a los borrachos, mujeriegos, jaraneros porque son presas fáciles. Generalmente no adivinan mis oscuras intenciones, aunque no ven ni mi cara se dejan llevar por mis curvas. Todo creen, los ilusiono pues, los llevo a mi palacio de oro y mármol, a mi lujosa cama con sábanas de seda, todo muy lindo, al top digamos...pero, no es así! Todo eso es como una “dimensión paralela” (ríe). Lo cierto es que acaban en plena pampa, con la basura. Es divertido verlos despertarse con frío. Lo bueno es que a muchos ya no los vuelvo a ver nunca más en malos pasos. Alma Tunante: (Huy) Qué tiene que decir a quienes asocian la K’acha Viuda con la muerte? K´acha Viuda: A esas personas puedo decirles que no es así, que se nota que no me conocen y eso, obviamente no es obligatorio ni es delito, pero los invito a que alimenten un poco su curiosidad y a que me busquen en libros, sobretodo que pregunten a la gente mayor. Alma Tunante: Sáquenos de esta curiosidad, en los libros y relatos que menciona, la K’acha Viuda es una mujer de vestido o una cholita? K´acha Viuda: Creo que no me he explicado bien. Soy un espejismo, una alucinación. Desde esa perspectiva, puedo ser como yo quiera, soy etérea. Vivo en el imaginario colectivo, así que es imposible definirme o describirme como a la figura de una estampita. Antes me daban más bola, nunca te contaron de mí, tus abuelos? Lo curioso es que extrañamente ahora hay más jarana! Voy a tener que salir más seguido... Alma Tunante: Es una amenaza? K´acha Viuda: No, es sólo una advertencia. Estén atentos y pórtense bien. Ustedes no saben cuándo nos encontraremos. Yo sí. Alma Tunante: Una frase final? K´acha Viuda: Gracias a todos por el interés. Me gusta que las nuevas generaciones rescaten, aprecien y conserven parte del legado de la tradición oral. Como yo, existen muchas otras historias interesantes.