jueves, 21 de agosto de 2014

LA POESÍA DE ORURO HOY




Gracias a la gentil invitación del Club del Libro “Milena Estrada”, hoy voy a referirme no solo a un grupo de poetas geniales sino también a grandes amigos. Todos ellos referentes de los últimos 20 años de poesía orureña. Increíblemente, tres de ellos no nacieron en Oruro, pero eso es algo que ya les hemos perdonado con el tiempo y, al fin y al cabo, el orureño nace donde le da la gana. La patria de un hombre es su infancia, dice Baudelaire y Manuel Rivas, lo repite. En estas cuatro personas, la fuerza de la ciudad es constante y sobre todo cobra vida infinita en su nostalgia y en su forma de crear y vivir más allá de la ciudad misma. Porque Oruro, además, es un estado mental más que un lugar.
Al finalizar los años ochenta, la aparición del Rincón del Poeta, la Galería Imagen, asilo de la bohemia local, marcó un hito de consagración de varios poetas y tuvo entre sus lecturas a eminentes figuras de la poesía nacional. No mucho antes despuntaba Eduardo Nogales Guzmán. En este mismo espacio hace sus primeras armas Benjamín Chávez nacido en Santa Cruz en 1971, hoy es uno de los poetas más importantes del país, y carga con ocho libros de poesía. Entre ellos “Prehistorias del androide” de 1994, “Pequeña Librería de Viejo” “2006”, y sus recientes libros “Historia de las invasiones perdidas” y “El libro entre los árboles”. Dos veces Premio Nacional de Poesía. Hoy por hoy dirige la revista “la Piedra de Agua” de la fundación del Banco Central de Bolivia y vive en La Paz.
A la caída de las murallas versificadoras de la Galería Imagen, comienza una larga historia de orfandad, aunque no es sospechada por la tradición poética de la ciudad. Allí entre una revistilla perdida quizá para la historia de la literatura local y con la pasión gemela de la música aparece Vadik Barrón Rollano, nacido en Moscú en 1976 . Debuta con “El Cuaderno Rojo” de 2002, cuando ya vivía en La Paz, y obviamente con varios poemas sueltos acumulados. Le sigue “Rocanrol y canciones del futuro” de 2011 y su reciente libro ganador del premio Yolanda Bedregal 2013 “el Arte de la Fuga”.
Al comenzar el nuevo milenio, la población orureña se multiplicó en un 50 por ciento y más de la mitad del conglomerado humano no pasaba los 18 años. La ausencia de librerías, los regaños de las bibliotecarias, y el esterotipo hacen que los poetas nazcan sin herencia poética alguna. Sin embargo la poesía es mala hierba y se prende donde menos se espera. De la nada se publica el libro “Alas de un alma en verso” el 2004, de Pablo Osorio Adbud nacido en Oruro en 1985, por esta época se retomarnos a iniciativa del centro cultural Suyana las lecturas que se denominaron Vientos de Arte donde Pablo sobresalió entre la membresía. Luego de una larga sequía de publicaciones, lanzó “Yo, Gorda” el 2013.
Escondido en las sombras, y con un completo desconocimiento de su vocación poética, nuevamente huérfano, comienza a escribir, y a tomar con seriedad su escritura Mauricio C. Michel Premio Poetas Jóvenes de Bolivia 2011 con el libro “Long Play”.
Hay otros poetas dignos de mención como Dante García, Verónica Laura o Jamil Huarayo, pero que están en plena construcción de su poética.
Ahora voy a referirme a poemas que personalmente he disfrutado mucho:

Benjamín Chávez
La débil música de las suaves cosas
En la alta noche,
la débil música de las suaves cosas.
Mientras el sueño consuma la quietud
las torres callan
los motivos de su altura.
Cada instante se estremece
y lo quedo nos habla con una voz más íntima.
No son las cosas que no tendremos nunca
Son las que están
las que estuvieron siempre
y hoy
-complicidad contenida-
nos susurran
una familiaridad irresuelta.

En este poema, el efecto sonoro de los dos primeros versos es fenomenal. La fuerza de la vocal en la palabra “alta”, es casi un niño apuntando al cielo, en contrapunto a la serenidad rítmica que continúa el poema.
Allá arriba en territorio del sueño el poeta construye la lejanía con la presencia de “las cosas que estuvieron siempre” el estado de quietud, nos revela el murmullo de lo que permanece estable.
Es la vigilia en este poema que nos da la impresión de un estado medio entre poemas realidad y la distancia presente de lo inmediato. La extrañeza del mundo como si fuera la del propio cuerpo.



Vadik Barrón
POETAS DEL FIN DEL MUNDO
 “I’m the one who has to die when it’s time for me to die”
Jimi Hendrix
Hoy, que el fin del mundo está cerca
déjenme decirlo de la manera
más cursi posible:
poetas del fin del mundo, uníos.
Fundemos la Sociedad de Poetas Pobres
recorramos el planeta con plata prestada
pintemos bigotes en los posters de los dioses.
Yo, que he fracasado en todos los menesteres
del entendimiento humano,
que le debo tanta plata a tanta gente
que he mirado el Parnaso con delectación babosa
declaro: que esta vida es todo lo que mis ojos verán
denuncio el hambre de las calles,
la senectud de las ideologías
la inoperancia de las religiones
la soledad de la hora pico.
Ayúdenme a gritar con las manos alzadas
y drogadas como en un concierto de rock:
que esta vida es todo lo que sus ojos verán
que nos mamaron compadres,
que esta vida es todo lo que tus ojos verán,
que rompieron la alcancía y no nos enteramos.
Que esto es lo que hay, y punto.

En este poema, todos podemos saborear el pan de la ironía. Es genéricamente y amenamente la enunciación de la vida como única verdad cognoscible. Así, el poeta solo puede aspirar a la vida, no a la inmortalidad o a la gloria. Es una negación de todo mundo ulterior a la vida. Por tanto la poesía corresponde al mundo cierto , fuera de él solo existe falsedad y pretensión en los valores que se concideran inmutables, como la religión o lo divino.


Pablo Osorio
 Kacharpaya (Farewell)
“Para que nada nos amarre” – P. Neruda
Otra vez Ramona Aldaba
vienes a decirme
que son mías tus rosas
pero yo no puedo,
amada
hacerme cargo de más wawas
por esa vida tendría yo que renunciar
a mis fraternidades y comparsas
a los cálidos besos desconocidos
y su olor a chicha por la mañana
Huevo.
Ándate nomás Ramona Aldaba
ya no tengo nada para vos
Amo el amor de los camioneros
que besan y se van
dejan una wawa,
no vuelven nunca más
en cada pueblo una cholita espera;
los camioneros besan y se van
una noche kaikean con la muerte
en el fondo de un bar.

Amor
que puede ser eterno
o de un ratito nomás
Me he de llevar mis fotos
para que nadie nos haga amarres
Ya me voy,
que no haya lágrimas
desde tu vientre
una niña me despide
y yo le digo adiós.
 
Aunque el ejercicio del texto es simple, la reescritura del poema quizá más famoso del vate chileno, dotándole un contexto simple, cotidiano, particular de la realidad boliviana, popular, en contraposición al prejuicio de solemnidad de la poesía, su valor radica en la osadia de bajar un poema intocable como quien decide usar la vajilla para ocasiones especiales al atiborramiento cotidiano de la mesa de diario, con chairo y choclo. Allí donde no teníamos lugar para la poesía.


Mauricio C. Michel


del amor












el silencio es lo que más aterra al hombre



si no tienes nada que decir
.h a b l a.


El efecto visual del poema, coincide de forma maravillosa con el tema. La blancura de la página como un árido desierto donde cruzan las palabras. En plena crítica, al ruido de las calles, al ruido del mundo y al ruido mental. Lo que eleva a la palabra misma a su dimensión primigenia: lo sagrado. Así, el ser humano, se revela como alguien que no puede vivir en paz consigo misma y para sustentar el vacío de su alma se atiborra de palabras que no tienen ningún sentido. La brevedad y precisión del texto, otorgan un peso de cualidades y una distancia ente los referentes locales en la poesía.  

Para culminar este texto breve, diré que yo también estoy entre lo mejorcito.


Sergio Gareca
Julio 2014

EL LUGAR DONDE DESCANSA EL ALMA DE LAS ALTURAS




Hablar de Dios a estas alturas de la historia, podría, inmediatamente, darnos la categoría de falsos predicadores; pero ni aún la más falsa aseveración acerca de lo divino borra de las heridas del alma la necesidad de un destino o la vocación espiritual de trascender más allá de lo mundano.
El mundo, que por sus dimensiones fuera desde sí mismo, es extraño para los pequeños seres que lo habitan. Así cuando Gary Daher se refiere comparativa y semánticamente al término Samaí, como referencial inmediato de Samaipata, el complejo Arqueológico del oriente boliviano que aún no he tenido la suerte de conocer, despierta en el poeta la vocación del canto “versicular” y con ello, el inicio del trabajo espiritual allí donde descansa el alma de las alturas.
Quien tenga una referencia de filosofía hermética, comprenderá muy bien las claves de los cánticos y disfrutará la brevedad como la finalidad de ellos.
Aunque hay un tema central, los tópicos se van desparramando como migas de pan a lo largo del texto:
1.       Sobre la vocación del iniciado, existe quien permanece quieto y por ello es alguien que duerme en su perdición y no comprende nada del tiempo. Alejarse del acontecer del mundo es el primer paso de la perdición. Y esto coincide luego con la metáfora de Prometeo a quien le devoran el hígado en repetición interminable. El castigo allí equivale al olvido.
2.       El nombre, lo nombrado, el nominar.  Entiende por nombre el acto sagrado de descubrir el mundo y hacerlo real. La magia pura es la palabra que convierte en sonido cualquier concepción. En otro poema, se aprecia en plena comprensión del poder de la palabra, el silencio, saber callar y saber descansar las cosas, los conceptos. En analogía, el poder de la nada se entiende como vacío. La nada habitable es el mundo y la nada contraria su ausencia. Ir más allá del mundo y las cosas es estar más allá de esa nada, cuando no hay nada, lo nombrado desaparece y solo está el silencio, el primer paso a la creación.  
3.       El corazón y la muerte. Siempre me he preguntado porque Jesús aparece en las alegorías con el corazón con cuchillas o el simplemente lacerado. Una pista se encuentra en uno de los poemas del libro. Ahí se encuentra el corazón luminoso dentro del corazón oscuro. Al mirar la muerte del corazón oscuro no contemplamos la fuerza del corazón luminoso que nos permite verlo. La misión humana consta de poder llegar al nacimiento de su corazón luminoso. En el corazón habita la conciencia. Hay en el libro un viaje submarino al corazón. Un viaje por sangre espesa.
4.       La contra razón y el contra instinto. En la razón se encuentra la razón del vicio así como en el no razón se encuentra la no razón de la virtud. Pensar en ello es el paroxismo del sofisma. Vencer al cuerpo no con la razón sino con el espíritu.
5.       Transmutación de seres. Existe en el libro una fijación del autor con los felinos como guardianes del fuego y de la búsqueda. Esta migración del ser nos ubica en un rango ulterior a la concepción del ser  y nos empuja a la existencia de los seres en el ser como autoconocimiento.     
6.       La existencia múltiple. Cuando dice “también soy mis padres y los hijos de mis hijos”. Es el hombre en la repetición de sí mismo. En otras vidas y en aparentes otras conciencias, es el mismo ser universal que se repite y la nueva oportunidad de salir del circulo vicioso también se repite. Podría entenderse desde ese punto de vista que la reencarnación es la existencia múltiple. Volviendo a la metáfora del corazón oscuro y el corazón luminoso se entendería que a la luz del corazón luminoso se entiende el corazón oscuro, es decir “ser el ser observado”. Ahí está la ilusión de la puerta y del espejo en la que la contemplación se entiende por sus efectos y no por sus causas. Así los seres múltiples son un solo ser, el ser primigenio, el ser de la luz que permite que los demás seres podamos entender que existimos. Pero solo existe la refracción del primer ser.  
7.       Samaí. Al comenzar el texto, el autor nombra un solo samaí con diferentes acepciones: en la India se dice a una lámpara ceremonial de aceite; en turco, Alimento del alma; en la biblia, mi nombre o mi vestido; en quechua (traduce Gary) como espíritu o descanso, y “pata” de arriba, así samipata es “el espíritu de lo alto”, como también pudiera ser “el lugar donde descansa el alma de las alturas”. O simplemente el alma. El lugar donde no existe el mundo o lo mundano, allí el “nombre” es pleno: el presente absoluto/ donde tu nombre lo abarca todo/ me salva del horror del mundo.
De las existencias múltiples a las realidades múltiples, pasando por el amor, puertas, espejos y otras metáforas, sin olvidarse de dar pasos felinos y brevedades de libélula, cruzamos la senda del Samaí. Ya en la paz, la realidad surge de la nulidad. El hombre nulo y expectante.   

Sergio Gareca
Oruro, agosto 2014