Cuatro son los pilares de la
doctrina del anarquismo clásico: la parte sociológica con Kropotkin (sus libro
principal es: La Conquista del pan),
de quien podemos decir engendró el principio de apoyo mutuo; la parte política
con Baukunin (Dios y el Estado), y
respectivamente la autogestión y la abolición de la autoridad; la parte
filosófica con Stirner (El único y su
propiedad), el individualismo; y la parte económica con Proudhon (la Propiedad); y la abolición de la
propiedad.
De ahí para el día de hoy, han
nacido y muerto cantidad increíble de sectas, movimientos, sindicatos,
librepensadores, libros, revistas, obras de arte, clubes deportivos, dadaístas,
los pesadísimos libros políticos de Chomsky con miles de citas periodísticas, punks
y banderas de los colores más diversos, negro puro, negro con rojito, negro con
verde, negro con rosado, negro y arcoíris. También han llegado extremos de lo
más folklóricos, desde el anarquismo comunitario hasta el veganismo libertario,
vaginistas y feministos, todos haciendo un hermoso paisaje colorido conceptual.
Tampoco faltan quienes se toman los proverbios y memes demasiado en serio y son
tan morbosamente conmovedores como cualquier testigo de Jehová.
Para la época de las cabezas calientes,
citadas en el primer párrafo, es decir, la segunda mitad del siglo XIX, época
en las que sus ideas e ideales rindieron sus primeros frutos referenciales,
muchos mitos estaban vigentes, muchos de ellos se cuestionan cálidamente hoy en
día. Por ejemplo el darwinismo y la teoría evolucionista, misma que coincide
con el principio dialéctico hegeliano que nos dice que la civilización evoluciona
siempre de manera ascendente y que de esa manera evolucionará una forma más
perfecta de sociedad (de allí las dos escuelas de izquierda descendientes de
este filósofo: el marxismo y el anarquismo mismo,), tal cual se vende, la
fábula de la UTOPIA; los estudios de Morgan acerca de las sociedades
primitivas; o los cientificistas como Eliseo Reclus que consideraban el
conocimiento como base de una sociedad futura, donde la educación salvaría a
los pobres de su miseria, pues la principal causa de sus males era la
ignorancia (hoy por hoy conozco, por ejemplo, a ingenieros que no ingenian nada
y son tan ignorantes como miserables).
Sucintamente, podemos decir que
de esta manera se compone la parte ideológica y teórica del anarquismo en su
principio. Por tanto no entraré en épocas posteriores como la creación de
sindicatos, cooperativas y mutuales de principios del siglo XX. Veamos ahora
cómo era la vida práctica del anarquismo, en esta fase de encarnada decisión de
la Europa de ese tiempo.
En marzo de 1895, en París, A.
Hamon publica “Psicología del socialista-anarquista”, que contiene, entre otras
curiosidades, fragmentos de la defensa de los anarquistas de Chicago, de Ettievant
y el proceso de los anarquistas de Viena (discursos conmovedores realmente),
así como entrevistas a obreros y artistas de la época, todo con el fin de poder
hacer un retrato de las características (es decir los elementos del carácter)
de los anarquistas de ese tiempo. El estudio concluye en las siguientes:
1.
El espíritu de rebeldía
2.
El amor a la libertad
3.
El amor al yo o individualismo
4.
El altruismo y la sensibilidad
5.
El sentimiento de justicia
6.
El sentido de la lógica
7.
La curiosidad de conocer
8.
El espíritu de proselitismo
Rara descripción de dinamiteros.
Otra versión acerca de lo mismo fuera de una vieja cualquiera que los vea como
malcriados, libertinos, narcisistas, despilfarradores, fríos y calculadores,
metiches y sindicateros. Sin embargo creo que hasta el día de hoy existen estas
cualidades dentro de cualquier ser humano de manera más o menos intensa. Hamon,
ha olvidado incluir el sentido de mártir y complejo de súper héroe. Más de uno
se imagina dirigiendo las tropas de la internacional negra contra el poder para
morir exactamente como el Che.
Consideremos pues que nuestra
época nos facilita una cantidad considerable de conocimientos y
desconocimientos imposibles en su época y que nuestro lugar en este mundo nos
permite participar de una cultura totalmente distinta a la Europa de Hoy y la
del siglo XIX. Europa, como hoy, estaba enferma de sí misma. La revolución
industrial, la colonia Inglesa, y el comienzo de la crisis del arte, así como
el pensamiento cada vez más apegado a la sinrazón de la vida.
De ellos tenemos varios
principios que hoy nos rigen normalmente. De kropotkin, todas las leyes
laborales; de Bakunin, todos los sindicatos y grupos autónomos y
autogestionarios, incluso alcohólicos anónimos; de Stirner, cuya genealogía es
la siguiente, podremos deducirlo fácilmente; Schopenhauer, Stirner, Nietzsche,
Freud y Lacan. De Proudhon, que definitivamente es el más malogrado de todos,
tenemos el principio de la Tierra es de quien la trabaja. Hoy por hoy, podemos
estar seguros que cualquiera de los cuatro hubiese abolido parte de su
doctrina, tal cual era su espíritu de destrucción sistémica.
¿Qué tan cerca estamos de la
utopía?, Hasta aquí podemos cuestionar, cada quien desde su alegre manera de
ver y de pensar, cuáles y cuántas de estas ideas son vigentes. Hoy el
anarquismo podría reducirse a un tipo de conducta bajo cualquier régimen. Un
camino más de construcción personal. Quizá un juego de lego, que se destruye y
reconstruye constantemente, una guerra consecuente contra todo y contra nadie,
sin resultado definido. Solo por probar la posibilidad de lo imposible. Un
experimento social e ideológico interminable. Por eso una piedra a la fachada
de una iglesia evangélica, solo para sacarse una selfy mientras te arresta la
policía, es más estupidez que rebeldía. De allí hasta hoy, y supongo que para
siempre, sin necesidad alguna de dogma, anarquista con o sin etiqueta, los
caminos de la libertad son infinitos.
Lo que quieran cumplir con los
requisitos del slogan “anarco”, aunque sea solo para parecer malos, ahí tienen
la receta.
SERGIO GARECA
Oruro dic. 2015
Mmmmm se es lo k se critica...
ResponderEliminarMmmmm se es lo k se critica...
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