jueves, 4 de septiembre de 2014

ATENTOS AL REFLEJO Y EL CAMINO: Acerca del Viaje de Narciso de Gary Daher



Tiempo antes de que Gary me solicitara, honrosamente, el texto anteriormente publicado acerca de su más reciente libro “La senda del Samaí”, tenía pendiente, para mi propio agasajo poético, escribir unas líneas refiriéndome al “Viaje De Narciso”. Quizá metodológicamente sea incorrecto, porque su publicación fuer anterior, pero hoy me referiré a este otro libro encontrado sentidos recurrentes y que justamente abren la Senda del Samaí, como por ejemplo los espejos, o el mismo hecho de que haya un viaje para Narciso y que ese viaje sea posteriormente, por la Senda. No por nada el libro comienza con un poema titulado “Senda elemental”.
Como metáfora inicial, Narciso, borracho del mundo, o de sí, que es lo mismo, se interna en su reflejo. El espejo es la mar, donde mundo, agua, reflejo y el “yo”, cuecen a la lumbre de la poesía. Puro ejercicio de auto contemplación.
Dice en el luminoso, pero siniestro y turbador poema “La Maravilla”:
¿Por qué no soy
más que una mirada?
  
que es el paso a ejercer conciencia sobre la visión, de uno hacia más allá de uno.
Llegando a las páginas 38 y 39 del libro, aparece un efecto interesante, los poemas “la hora” y “el Cid”, constituyen un espejo el uno del otro en el que las hojas se reflejan en los muertos, dos metáforas distintas pero gemelas.
A lo largo del libro, habla de sí mismo como el otro, porque es otro. Así  el héroe, en arqueología espiritual busca el Santo Grial, inspirado en la propia insatisfacción, el dolor de existir.
¿Qué te duele, que no vuelas?
¡Qué te duele!

En ello se encuentra el mundo.
El cielo es la satisfacción con uno mismo, la plenitud:   

El paraíso tiene todo esto 
y hasta se podría decir
que allí haces lo que siempre habitaste

En el poema “El canto de los árboles”, el motivo es coincidente. El mar equivale a uno; el vino en relación con lo anterior nos hace notar que uno está ebrio de sí mismo; los árboles son ese más allá de uno, los sueños, o el acto de conciencia en plenitud.

Del mar al cielo, atentos al reflejo y el camino ¿Cuál será el próximo espejo y reflejo que nos prepare Gary Daher? ¿Cuándo lo sabremos?

Sergio Gareca
Septiembre, 2014

NELSON EL BÁRBARO JALIRI



Desde la tierra de los bárbaros, como el Gran Cerro horneaba plata, Nelson en sus vísceras hornea poesía. Por no decir que su naturaleza prolífica convierte la poesía en el pan nuestro de todos los días, y sin bromato. Dirige la editorial independiente, quizá más silenciosa pero más consecuente del país, “Ediciones Jota” y la Revista “A Prueba de Frío”, cuyos libros pueden encontrarse al paso en las ferias de autor, ferias del libro, festivales o el frío boulevard. Quien esté por Potosí  puede pasar a la Casa de Moneda y seguro le podrán dar una referencia.
CAVIDAD  VOCAL es el volumen que contiene a  seis de sus libros: ENTRE MALETAS, 2003; CON SABOR A CHICHA, 2004; GUARDA EQUIPAJE, 2005; CAVIDAD VOCAL, 2005; POEMAS DE MI HERMANITO, 2006; SOQTA meditaciones artísticas (2007).
ENTRE MALETAS, se lleva el vacío, el vacío es la razón de la huida, la búsqueda de algo más. La maleta, tan llena de cosas rebalsa de vacío. El verso es un ejercicio de negación, porque al final la poesía es igual al vacío, es decir, es el deseo, razón de algo más.
Asunto por demás consecuente y recurrente en CON SABOR A CHICHA, donde, desde el introito, lo real lleva a duelo a lo irreal. Donde la ecuación parece resumirse en: Poesía-irrealidad-nada o inexistencia.
Soñar no cuesta nada,
decía alguien.

¡Qué estupideza!,
creyendo no costarle nada.

Bastaba con intentarlo
para costarle gran cosa.

Nelson es un viajante que nunca parte, que se queda. En GUARDA EQUIPAJE, entre paisajes y fotos de estancamiento, queda ese gusto a vacío, traducido en sombra. En el poema TERMINAL, por ejemplo:
Rogarse a dios o al diablo,
es la misma cosa.

Total,
uno se muere
dejando el alma por sí sola,
vagando entre las sombras
de otras sombras

Ya en CAVIDAD VOCAL, se afianza definitivamente la imagen poética, propia de Nelson, el absurdo exótico en el paisaje lógico:
Razones sobran:
Crecen piedras
en la superficie mental
del tiempo.

Además la irreverencia:
En la sábana santa
se revuelca la mujer de Adán.

La desorientación del viajero, nuevamente:
Además es mejor irse
sin saber a dónde ir.

Y en el “sagrado espacio de lo normal”, es un descreído:
En vano se usaron las palabras.
Hasta llegar al patetismo:
La V sinfonía Elfos Rufus…
Tejiendo ya azarosamente las palabras, para no encontrar nada.
La palabra más importante, en este compilado de libros, lo demuestran los POEMAS DE MI HERMANITO, es “dónde”. Y quizá en este último título se entienda con mucha mejor cabalidad  la cavidad vocal como el nido de la palabra, el mal sabor que la misma poesía le deja, por tanto el ejercicio escritural es la búsqueda del eco de las cosas y, posteriormente el silencio.
En SOQTA, esta necesidad antipoética se extrema al punto de prescindir de la metáfora. Y la poesía como ejercicio consciente es la absorción del paisaje “la distancia más cercana”.
Sergio Gareca
Septiembre 2014  

jueves, 21 de agosto de 2014

LA POESÍA DE ORURO HOY




Gracias a la gentil invitación del Club del Libro “Milena Estrada”, hoy voy a referirme no solo a un grupo de poetas geniales sino también a grandes amigos. Todos ellos referentes de los últimos 20 años de poesía orureña. Increíblemente, tres de ellos no nacieron en Oruro, pero eso es algo que ya les hemos perdonado con el tiempo y, al fin y al cabo, el orureño nace donde le da la gana. La patria de un hombre es su infancia, dice Baudelaire y Manuel Rivas, lo repite. En estas cuatro personas, la fuerza de la ciudad es constante y sobre todo cobra vida infinita en su nostalgia y en su forma de crear y vivir más allá de la ciudad misma. Porque Oruro, además, es un estado mental más que un lugar.
Al finalizar los años ochenta, la aparición del Rincón del Poeta, la Galería Imagen, asilo de la bohemia local, marcó un hito de consagración de varios poetas y tuvo entre sus lecturas a eminentes figuras de la poesía nacional. No mucho antes despuntaba Eduardo Nogales Guzmán. En este mismo espacio hace sus primeras armas Benjamín Chávez nacido en Santa Cruz en 1971, hoy es uno de los poetas más importantes del país, y carga con ocho libros de poesía. Entre ellos “Prehistorias del androide” de 1994, “Pequeña Librería de Viejo” “2006”, y sus recientes libros “Historia de las invasiones perdidas” y “El libro entre los árboles”. Dos veces Premio Nacional de Poesía. Hoy por hoy dirige la revista “la Piedra de Agua” de la fundación del Banco Central de Bolivia y vive en La Paz.
A la caída de las murallas versificadoras de la Galería Imagen, comienza una larga historia de orfandad, aunque no es sospechada por la tradición poética de la ciudad. Allí entre una revistilla perdida quizá para la historia de la literatura local y con la pasión gemela de la música aparece Vadik Barrón Rollano, nacido en Moscú en 1976 . Debuta con “El Cuaderno Rojo” de 2002, cuando ya vivía en La Paz, y obviamente con varios poemas sueltos acumulados. Le sigue “Rocanrol y canciones del futuro” de 2011 y su reciente libro ganador del premio Yolanda Bedregal 2013 “el Arte de la Fuga”.
Al comenzar el nuevo milenio, la población orureña se multiplicó en un 50 por ciento y más de la mitad del conglomerado humano no pasaba los 18 años. La ausencia de librerías, los regaños de las bibliotecarias, y el esterotipo hacen que los poetas nazcan sin herencia poética alguna. Sin embargo la poesía es mala hierba y se prende donde menos se espera. De la nada se publica el libro “Alas de un alma en verso” el 2004, de Pablo Osorio Adbud nacido en Oruro en 1985, por esta época se retomarnos a iniciativa del centro cultural Suyana las lecturas que se denominaron Vientos de Arte donde Pablo sobresalió entre la membresía. Luego de una larga sequía de publicaciones, lanzó “Yo, Gorda” el 2013.
Escondido en las sombras, y con un completo desconocimiento de su vocación poética, nuevamente huérfano, comienza a escribir, y a tomar con seriedad su escritura Mauricio C. Michel Premio Poetas Jóvenes de Bolivia 2011 con el libro “Long Play”.
Hay otros poetas dignos de mención como Dante García, Verónica Laura o Jamil Huarayo, pero que están en plena construcción de su poética.
Ahora voy a referirme a poemas que personalmente he disfrutado mucho:

Benjamín Chávez
La débil música de las suaves cosas
En la alta noche,
la débil música de las suaves cosas.
Mientras el sueño consuma la quietud
las torres callan
los motivos de su altura.
Cada instante se estremece
y lo quedo nos habla con una voz más íntima.
No son las cosas que no tendremos nunca
Son las que están
las que estuvieron siempre
y hoy
-complicidad contenida-
nos susurran
una familiaridad irresuelta.

En este poema, el efecto sonoro de los dos primeros versos es fenomenal. La fuerza de la vocal en la palabra “alta”, es casi un niño apuntando al cielo, en contrapunto a la serenidad rítmica que continúa el poema.
Allá arriba en territorio del sueño el poeta construye la lejanía con la presencia de “las cosas que estuvieron siempre” el estado de quietud, nos revela el murmullo de lo que permanece estable.
Es la vigilia en este poema que nos da la impresión de un estado medio entre poemas realidad y la distancia presente de lo inmediato. La extrañeza del mundo como si fuera la del propio cuerpo.



Vadik Barrón
POETAS DEL FIN DEL MUNDO
 “I’m the one who has to die when it’s time for me to die”
Jimi Hendrix
Hoy, que el fin del mundo está cerca
déjenme decirlo de la manera
más cursi posible:
poetas del fin del mundo, uníos.
Fundemos la Sociedad de Poetas Pobres
recorramos el planeta con plata prestada
pintemos bigotes en los posters de los dioses.
Yo, que he fracasado en todos los menesteres
del entendimiento humano,
que le debo tanta plata a tanta gente
que he mirado el Parnaso con delectación babosa
declaro: que esta vida es todo lo que mis ojos verán
denuncio el hambre de las calles,
la senectud de las ideologías
la inoperancia de las religiones
la soledad de la hora pico.
Ayúdenme a gritar con las manos alzadas
y drogadas como en un concierto de rock:
que esta vida es todo lo que sus ojos verán
que nos mamaron compadres,
que esta vida es todo lo que tus ojos verán,
que rompieron la alcancía y no nos enteramos.
Que esto es lo que hay, y punto.

En este poema, todos podemos saborear el pan de la ironía. Es genéricamente y amenamente la enunciación de la vida como única verdad cognoscible. Así, el poeta solo puede aspirar a la vida, no a la inmortalidad o a la gloria. Es una negación de todo mundo ulterior a la vida. Por tanto la poesía corresponde al mundo cierto , fuera de él solo existe falsedad y pretensión en los valores que se concideran inmutables, como la religión o lo divino.


Pablo Osorio
 Kacharpaya (Farewell)
“Para que nada nos amarre” – P. Neruda
Otra vez Ramona Aldaba
vienes a decirme
que son mías tus rosas
pero yo no puedo,
amada
hacerme cargo de más wawas
por esa vida tendría yo que renunciar
a mis fraternidades y comparsas
a los cálidos besos desconocidos
y su olor a chicha por la mañana
Huevo.
Ándate nomás Ramona Aldaba
ya no tengo nada para vos
Amo el amor de los camioneros
que besan y se van
dejan una wawa,
no vuelven nunca más
en cada pueblo una cholita espera;
los camioneros besan y se van
una noche kaikean con la muerte
en el fondo de un bar.

Amor
que puede ser eterno
o de un ratito nomás
Me he de llevar mis fotos
para que nadie nos haga amarres
Ya me voy,
que no haya lágrimas
desde tu vientre
una niña me despide
y yo le digo adiós.
 
Aunque el ejercicio del texto es simple, la reescritura del poema quizá más famoso del vate chileno, dotándole un contexto simple, cotidiano, particular de la realidad boliviana, popular, en contraposición al prejuicio de solemnidad de la poesía, su valor radica en la osadia de bajar un poema intocable como quien decide usar la vajilla para ocasiones especiales al atiborramiento cotidiano de la mesa de diario, con chairo y choclo. Allí donde no teníamos lugar para la poesía.


Mauricio C. Michel


del amor












el silencio es lo que más aterra al hombre



si no tienes nada que decir
.h a b l a.


El efecto visual del poema, coincide de forma maravillosa con el tema. La blancura de la página como un árido desierto donde cruzan las palabras. En plena crítica, al ruido de las calles, al ruido del mundo y al ruido mental. Lo que eleva a la palabra misma a su dimensión primigenia: lo sagrado. Así, el ser humano, se revela como alguien que no puede vivir en paz consigo misma y para sustentar el vacío de su alma se atiborra de palabras que no tienen ningún sentido. La brevedad y precisión del texto, otorgan un peso de cualidades y una distancia ente los referentes locales en la poesía.  

Para culminar este texto breve, diré que yo también estoy entre lo mejorcito.


Sergio Gareca
Julio 2014