Allí están. Ellos son.
Cuando tomaron los micrófonos,
sin saber cantar, y se llenaron la boca de términos que de por sí eran más
grandes que su entendimiento, como pluriculturalidad, multiculturalidad, o
revolución cultural. Ni ellos mismos sospechaban que su revolución cultural
significaba atracar los espacios culturales con tanto esfuerzo ganados, para
avasallar todo esfuerzo humano que trascienda más allá de las necesidades
primarias del vestido, la comida y el excremento.
Esta semana nos sorprendieron con
la noticia de que a falta de documentación, pero por sobre todo sentido común,
quieren desalojar a la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos del salón
Valerio Calles ubicado en plena plaza principal.
Y que se podía esperar de
aquellos que no han vivido siquiera la primera revolución cultural de la
humanidad, y apenas son antropoides erguidos, con la suficiente viveza para
manejar un celular de última generación, pero incapaces de entender los
procesos íntimos de la subjetividad humana.
Ante este atropello, ya se
dispuso un libro de firmas en el mismo sitio. Pasemos y apoyemos.
SERGIO GARECA
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