LOS INCRIMINADOS, gritan
descolonización pero solo tienen dos maneras de vivir bien, brillar como
originarios y gobernar como romanos.
LOS DISCRIMINADOS, no son raza
arrasada, ni accidente de occidente, son como en todos los tiempos víctimas del
poder.
LOS INCRIMINADOS, dicen que
Estados Unidos son la plaga mundial, que no son capaces de unir al continente,
pero anuncian lo lindo que se llevan con Clinton y otros ex presidentes de América
Del Norte cuando piden mar para Bolivia, y los ponen en los anuncios por encima
de Rigoberta Menchú.
LOS DISCRIMINADOS, no saben lamer culos y
tienen las manos demasiado ocupadas como para aplaudir.
LOS INCRIMINADOS, odian al
capitalismo, pero se arrodillan y piden préstamo al Banco Mundial, porque
nuestra economía está primorosamente bien.
LOS DISCRIMINADOS, son la revolución
muerta, la que estuvo viva en las carreteras, mientras los otros estaban bajo
cama temblando de miedo en octubre de 2003.
LOS INCRIMINADOS, dicen revolución
cultural, y hacen correr las máquinas por el desierto y por las pampas,
auspician la venta de carne en bikini y soportan con absoluta tranquilidad que
las empresas camineras destruyan el patrimonio arqueológico y natural de su
país plurinacional.
LOS DISCRIMINADOS, son la masa
creativa, por marginal, subversiva y por subversiva, amenazante.
LOS INCRIMINADOS, hablan de los
derechos de la madre tierra, pero le interesa mucho más la idiotez de un
presentador de TV, que la contaminación del Lago Poopó, del Titicaca o que la
minería gaste en un solo día toda el agua potable que Oruro consume en un año.
LOS DISCRIMINADOS, están a punto
de tragarse el pijcho, y también atragantarse.
SERGIO GARECA
MAYO 2015
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