viernes, 2 de octubre de 2015

NO LE DIGAS. SÍ LE DIGO.




Llovía atorrantes y tuve que recorrer esa distancia entre la Isla del turrón y el salón libertad.
La puesta en escena, seguramente genial del actor David Mondaca,  no se merecía mi improperio. Es más, sirva este breve artículo para dar una satisfacción pública.
¿Alguna vez hicieron una locura por amor? Pues yo amo la poesía y haría cualquier cosa por ella, y el ridículo es de mis mayores virtudes. Si desean saber las razones de la travesura, pueden leer el artículo sobre los sistemas culturales literarios bolivianos y Jaime Sáenz en este mismo blog. 
La Secretaría de Cultura y el Salón Libertad debieran ya estar acostumbrados a la gente libre así que no hay necesidad de disculpas.
Como apéndice: Más allá del público snob, varios nos hemos constituido en un público excelente no faltamos a casi nada, a la semana estamos al pendiente de toda actividad. Por tanto constituimos la cultura viviente de la ciudad y por eso es que nos importa lo que a nadie le importa entre esas extravagancias, la poesía y la imposición de una tradición que no tiene por qué ser nuestra.

SERGIO GARECA
Oruro agosto, 2015

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