MÁS COMENTARIOS A LA
DISCRIMINACIÓN DEL ACTO OFICIAL DEL 10 DE ENERO
La noche del viernes 10 de enero
de este año, luego de asistir a la presentación de memorias del festival de
arte contemporáneo, veinte artistas, actores y escritores, nos dirigimos a la
inauguración del nuevo ambiente ubicado en la calle La Plata al lado del
edificio de la Alcaldía.
Honestamente, yo me sentía feliz,
pues me parecía muy bien que se inaugure infraestructura para el área cultural,
que buena falta nos hace. Al llegar, nos encontramos con que había un pasillo
de gallardetes (guardias municipales disfrazados). Que exigían invitación para
entrar. Pues supuestamente hay una sociedad VIP en Oruro a la cual repartieron
invitaciones. Supuestamente a
representantes de la sociedad civil e instituciones. El impase termino en unos
jaloneos y un par de palabras en voz alta.
De aquel mal momento, concluyo:
1. REPRESENTATIVIDAD
DE LOS INVITADOS. Si los invitados eran representantes de la sociedad, me
imagino que los artistas y actores culturales pertenecemos alguna raza
distinta, pues ni el consejo departamental de culturas, ni instituciones reconocidas por la ley y el orden mediante personería
jurídica como ABAIEM o UNPE fueron
invitadas (por citar algunas instituciones). ¿Quién nos representa entonces y
quiénes se encontraban de asistentes en dicho acto, si el fin principal de la
infraestructura es atender las demandas culturales?
2. LA
SOCIEDAD SNOB. Tan obviados por la alfombra roja nacional, por la parafernalia
de medios de comunicación que se aferra como moho a lo fashion, in, cool y top;
la sociedad orureña necesitaba darse aires de importancia. Personalidades empaquetadas
que solo se ponen de pie para aplaudir los canapés, que solo se manchan el
traje de whisky, que únicamente satisfacen su paladar con el primer verso del
poema 20 de Neruda, que lo único que conocen del arte es la simpática sonrisa
de la Gioconda en un cuadro de 20 pesos en formato 3D, la gente que tiene la
nariz tan elevada que apenas siente el hedor de sus calles y que por ello
discrimina a todo lo que no entra o no encaja en su caja de fósforos a su
cuadrado perfecto donde solo la gente cuadrada puede caber. El ave fénix, pájaro
de fuego, bello símbolo de esta ciudad, nos ha enseñado que quienes vuelan alto
en sus aspiraciones fulgurantes, dejan cenizas en los ojos de quienes quedan
ciegos para reconocer a nadie. Así nosotros nos fuimos volando a otra parte.
3. LOS
GORILAS. Para precautelar que gente de nuestra condición pueda acercarse a la
pulcritud, asistió la guardia municipal y la policía, pues toda elegancia viene
ligada a las instituciones que por tradición se sostienen en el abuso y no en
el interés popular. Es que vivimos en el planeta de los simios. Donde cualquier
mono que se vista de uniforme o asista a un solo acto cultural en la vida, es
de por sí culto.
4. Agradecemos
el detalle erótico de haber sido manoseados a empujones por damas y caballeros
en uniforme (los invitaremos a nuestra próxima despedida de solteros).
5. DISCRIMINACIÓN
Y DOBLE MORAL. ¿Para qué se construye un kínder si no dejan entrar a los niños?
Es como si en navidad a un niño le regalaran una pelota, para decirle: no la
patees porque la vas a ensuciar con sus sucios pies.
6. El
artista vive entre el chiquero y las estrellas. No porque alguien nos prohíba el
paso, podemos llegar a donde nadie llega.
7. A
cerca de la ebriedad. Contra cualquier tipo de argumento en defensa de su
necedad cito a Baudelaire:
“Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única
cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas
y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,
¡embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca”.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,
¡embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca”.
SERGIO GARECA
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