¿Serías capaz de acostarte con una virgen en este colchón
ardiente?
En juego de dualidades la humanidad, la sociedad, la
bolivianidad o la, más cercana a nosotros, orureñidad, presume su iconografía
al mundo con un objeto-valor, “La Virgen más grande del mundo”.
¿A qué responde la ostentación de la pureza, de la nulidad o
negación sexual? A ella se le atribuye la dosis de identidad y con ella se
presume nuestra existencia al mundo.
Contrariamente en la zona Norte de la ciudad, dando la
bienvenida a los turistas, visitantes y otras aglomeraciones se muestran
tentadores los focos rojos de los lenocinios, donde sin identidad alguna maridos,
hijos y padres acuden a la cita soñada: el coito y el adiós.
En ese último escenario Nelly Tapia instala un lecho de
pétalos y flores rojas, al pie de un altar donde la imagen de la virgen arde.
Es el tálamo nupcial orgiástico de pureza, morbo e hipocresía o solo el
incendio de una misma cosa.
A la vez se contrasta la imagen de la mujer pura y la puta,
la venerable y la odiada. ¿A quién acuden los fieles?
SERGIO GARECA
No hay comentarios:
Publicar un comentario