Para las artes plásticas y
visuales en la ciudad de Oruro hay dos momentos especiales al año, el Festival
Anti Arte, que lleva la vanguardia del arte contemporáneo hacia adelante
durante más de una década. Este año este festival se trasladará al área rural (tómese
esto como un simple adelanto). El otro momento especial es el Festival del Solsticio
de Invierno, que organiza la Casa de la Cultura de la Universidad Técnica de Oruro,
con mucho talento de los artistas y muy poca inversión por parte de la
universidad que es más una inmobiliaria más que una casa de estudios.
Este año tuvimos, hasta el
momento, la grata visita de ocho maravillosos artistas de quienes hoy
compartimos su obra.
ROSMERY MAMANI
Junto con sus maravillosas
compañeras, es una artista a quien Oruro ha esperado desde hace mucho, tanto
por sus logros en Europa como por llevar su técnica y maestría a niveles
admirables; y aunque estábamos deseosos de ver lo mejor de su obra y aunque nos
haya dejado con ganas de más, esperamos que esta haya sido la oportunidad para
tenerla por aquí más seguido.
ADDA DONATO
En enero de este año Adda Donato inauguró
la mejor exposición individual de lo transcurrido el 2015 en el salón Valerio
Calles. En esta oportunidad, nos trae una serie de retratos, en los que resalta
el ser humano como unidad de las cosas, un ser a cuyo contacto adquieren
importancia las cosas de su contexto. Tales como la señora que viene de dos
cielo sin ningún rostro o el niño que parece estar resignado a perder a sus dos
mejores amigos, como el conejo y el gallo.
CORINA AGUILAR
Entre los cuadros de Corina
Aguilar, sobresale este en el que la ciudad está repartido en episodios, con
una multiplicidad de seres distribuidos en un paisaje que recuerda los
vericuetos paceños y toda la barriada que sube a las montañas, parecen ser dos
o tres lentes abigarrados que contemplan la realidad múltiple y unísona.
RINA MAMANI
Con temas muy similares al Gran
Maestro Pérez Alcalá, nos trae los quirquinchos, seguramente como un saludo a
nuestra tierra, y este cuadro en el que una granada, que junto con las otras,
que además están abiertas, parece esperar su hora fatal.
ERASMO ZARZUELA
Otro de los Grandes Maestros de
la pintura boliviana, con su maravilloso equilibrio del color, entre wakas y
kusillos, el micrero morboso que mira en el retrovisor algún sueño propio y
travieso como la fiesta del amor intercalada con la fiesta de los wakatoqoris,
hasta este cuadro de rostros asados ya pelados traspasando y transitando, junto
con hojas de coca las líneas de la muerte y la suerte.
ORLANDO ALANDIA
Ésta es la gran sorpresa de la
exposición, pues según el mismo autor es la primera vez que sus cuadros se
exponen en Oruro, a pesar de ser orureño. Será por eso que nos brinda una
sensación de frescura con la exploración de texturas, en temas similares a
tejidos, donde aparecen eventualmente símbolos y revelaciones.
MAX VELIZ
Después de un tiempo nuevamente
nos visita, y trae consigo quizá recuerdos de nuestra tierra, en especial dos
cuadros de morenos, nunca solitarios. Sobre paisajes desolados donde lo que
importa es la danza y esa rara sensación de libido presente.
RICARDO ROMERO
Como siempre nos brinda una lectura
de presencias y elementos; la distancia del horizonte hacia el lago, tan
presente como inolvidable en toda su obra. En este cuadro en particular. Se descubre
la humanidad de los cerros o la esencia natural y telúrica de los seres humano
en la realización del amor corpóreo.
Como se ve, una fiesta para los
ojos, que esperan una semana más ser apreciados en la Casa Patiño.
SERGIO GARECA.
JULIO, 2015
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