lunes, 14 de octubre de 2013

EL CARNAVAL DE LA INTEGRACIÓN ARGENTINO-BOLIVIANA Y LAS HERRAMIENTAS DE LA APROPIACIÓN CULTURAL


El otro efecto de la descolonización es la apertura a un nuevo coloniaje seguramente.

¿No es acaso familiar eso de “lo nuestro”, “nuestra cultura boliviana”, y ahora, y a su turno “la cultura latina”, “lo latinoamericano”?

Lo “Nuestro” o “lo boliviano”, nos sirvió en los sesenta y setenta para que muchos de quienes estaban perdidos en su identidad cultural pudiesen buscar en lo que durante siglos habían odiado, algo suyo.

Hoy el hecho se repite al intentar afirmar una identidad boliviana en el exterior, donde naciones como la Argentina, que se ocupó de deshacerse de cuanto salvaje tuvo a su alcance, pueda decir que existe una Patria Grande, una nación latinoamericana.

A mí me parece que aquí hay gato encerrado.                           

Yo creo que alguien ya le vio muy bien el negocio al folklore y está buscando tener su beneficio “cultural” por no decir monetario a toda costa. No vayas a ser que el carnaval de Oruro, se lleve a cabo el 2025 en Buenos Aires con traslado de Virgen del Socavón y todo.

La bolivianidad nos ha succionado nuestra cultura, y lo hará con todo lo que se le ponga al paso. Porque este sigue siendo un país retrograda, que habla de pluriculturalidad y aplica los teoremas movimientistas del cholaje. Que a nombre de folklore nos desconoce como autores de todo lo que ha pasado.

El carácter “anónimo” del folklore es la herramienta máxima del robo y el ultraje cultural y es algo que debemos superar urgentemente. Poco a poco aparecen los nombres de nuestros mascareros, bordadores y danzarines quienes han tenido aportes específicos a cada una de las danzas del carnaval.

Cuando oímos a los mediocres comentaristas durante la transmisión de la entrada de Integración en Buenos Aires, nos damos perfectamente que donde existe cultura existe la ignorancia.

Para los ojos del espectador idiota, evidentemente una “manifestación cultural” de las características de lo “boliviano”, es ponerse una pollera, o envolverse en lentejuelas. Jamás verán el sentido profundo de las cosas porque de lo único que se han percatado es del disfraz, de la farándula, de la parafernalia que el colonizador necesita para renovar su poder y chuparnos el alma como siempre.

Solo quiero soltar, para acabar, unas cuantas preguntas: ¿Por qué entre los auspiciadores de la transmisión lo único orureño fue la Banda Poopó? ¿Dónde estaba la ACFO? ¿Quién financió la llegada de las bandas de Oruro a esa entrada?

Señores, al parecer,  desde que el carnaval es de la humanidad, nada nos pertenece.      
Sergio Gareca

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