jueves, 26 de enero de 2017

EXHUMACIÓN DE LAS NAVES DE MARTÍN ZUÑIGA



Con motivo del III Festival internacional de Poesía de Bolivia se publicó este libro en nuestro país por la editorial 3600.

Uno es otro. Un extraño a sí mismo. ¿A quién imita, si no, a sí mismo? El libro es la soledad construida. La soledad como realidad única e insalvable. Fuera de sí, el poeta es otro con el mundo. El cuerpo es un yo y la mente, otro.

El puerto es el paisaje de esta soledad, y de este egoísmo. El yo que se presenta solo en el amor, solo en la soledad y solo en el mundo. Siendo muchos y no uno solo. Todo está presente pero es ilusorio. Una terrible realidad recurrente.

Los poemas son la cacería de la luz de ese paisaje, el tránsito del uno al otro yo. Por eso constantemente lleva las manos a los ojos o cerrarlos. La ceguera del poeta es la invocación trascendental.

“¿si esto es un revólver
será necesario que dispare?”

Gran pregunta. ¿Una cosa es la cosa, aún sin cumplir su función existencial?

Así función y esencia luchan dentro de lo visible e invisible. Aunque la mayoría de las veces el cuerpo es el estorbo. El debate entre el yo soñador y el otro yo consciente y terrenal. Es la búsqueda de momentos, estares, trasitabilidad habitual en el mundo del no yo.

El poemas es igual al abandono del cuerpo, la trasmutación del contracuerpo.


Sergio Gareca

Oruro, enero 2017





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