jueves, 27 de marzo de 2014

HACER TEATRO EN ORURO….. LA ODISEA DE UNA ESCARABAJO


Hace una semana, en un taller de teatro en Cochabamba me recuerdo diciendo “ NOSOTRAS NO SOMOS ESPECIALES, SOLO HEMOS TENIDO LA SUERTE DE TENER LOS MAESTROS , QUE HEMOS TENIDO, SOLO TENEMOS EL CORAJE , PARA HACER  LO QUE NOS GUSTA HACER Y LA HUMILDAD PARA NO OLVIDAR, LO QUE NOS ENSEÑARON Y APRENDIMOS CON SANGRE”,  quiero dedicar  este articulo teatrero, en este DIA DEL TEATRO, a todo a mis maestros, divos  efervescentes  de escenario, a quienes nunca agradecí  que existieran en mi vida, al leo Capucci  (gracias por sembrar  mi rebeldía artística) y  al Bernardo Franck que me hiso a mano, día a día a puro putazo, con chocolate y vino, así me enseño   que lo sueños son realizables, una y otra vez, con humildad y con estética, con propuesta y por sobre todo con compromiso a un público hambriento de mas.
A todos mis profes del Hecho a Mano, incontables locos, que explotaron en mi, más que talento, coraje para enfrentar la  vida de teatro,
A mis amigos, compañeros que igual que yo, escondían que estudiaban teatro, por miedo ser expulsados de sus casa, a los que fueron expulsados, porque sus padres no querían, hijos payasos.
A los  novios que me dejaron, porque tenía ensayo,
A los que nos levantábamos 5 de la mañana para ensayar pinocho
A todos los ejercicios  que no me salieron bien, y a todas las clases por avanzada que perdí por irresponsable,  y  que luego resentí cuando necesite.
No olvido a mis s Clowndestinas, al  Hecho a Mano, los hecho cuentos , a los  BOCAs, los Kayukis, Los traficantes de cuentos, los wilani ,  a los SPUAC, CARPEDIEM, etc. Etc. Etc. y claro a mis SKARABAJOS, con los que tuve el honor de compartir escenario  y sé que  ellos al igual que yo  día a día viven de esto trabajando horas dobles, para SEGUIR EN TABLAS.
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Cuando uno se levanta  de la borrachera existencial o de simplemente  se levanta de la cama y descubre que su vida es el escenario;  Es como si de alguna manera  los sujetos  sobrecogidos, se  volverían escarabajos  Kafkanianos, que  se mueven siempre mediante el impulso de un ser, que se halla detrás de las bambalinas, y que enfrenta día con día  diferentes moustros, el mayor de todos el de mil ojos, el publico. 
Hacer teatro es saber que la única forma de escapar consiste en convertirte en un escarabajo para huir por la rendija debajo de la puerta antes de que venga tu padre (lo que sea que signifique esto) a aplastarte.  Así  el teatro  desde el insecto,  es un ente   liberador,  que refleja   la existencia misma y sus contradicciones, donde   las sonrisas siniestras,  las extremidades articuladas, son  expresión de ese otro yo que cada uno lleva dentro.  
Ser guerrillero de escenario en medio de la estepa verde del donde y el entorno, implica  aceptar previamente la condena de ser GENTE DE TEATRO (ni actor, ni artista, ni divo, sino todo eso y mas), así también asumes una FORMA DE VIDA (decía mi Maestro y amigo, El Berni), que te roba horas familiares, amorosas etc etc. Etc todo por puro placer sadomasoquista, de que tu vida sean mil vidas.
Trabajar donde el otro se divierte, siempre implica la responsabilidad de ir contra el mundo, y eso siempre es mal visto o ni siquiera visto, aquí y en todo el mundo.
Hacer teatro es hermoso, pero se paga el precio de la hermosura, de soñar en mundo sin sueños, de hacer soñar a los  zombis, Con esto no quiero decir que ser Gente de teatro, no valga cada minuto, cada latido, sino busco ser realista, de lo que significa, ser GENTE DE TEATRO,  fuera de snobismos y bohemia,
Y esta deconstrucción de la significancia del trabajo del ACTOR , DIRECTOR DE LA GENTE DEL TEATRO, es necesaria, porque, además de toda esta  dificultad existencial que se tiene al  elegir ser payaso, a ser ingeniero, está acompañada de una gestión cultural en  teatro nula, llena de desconocimiento y carente de sensibilidad, artística estética y creativa.
 En Oruro tierra  de la mayor manifestación teatral de Bolivia ( y casi el mundo), hay 10 elencos amateurs de teatro y tres o cuatro mas o menso amateurs ya que muchos de sus directores o actores, han podido tener experiencias formativas más profundas en teatro. No obstante  si uno no tiene la suerte o la muñeca de lograr salir  de la ciudad para formarse, poco hay. Primero porque  instituciones culturales, no apuestan a formaciones reales de  teatro, un taller de 6 meses  sería casi imposible y segundo porque la gente, paga poco. Claro está todo es diferente con elencos de producción masiva y facilista, que pueden auto gestionarse, publicidad y lugar, y aunque  en Oruro somos básicamente Chauvinistas y de San José, en cuestiones de coloniedad, hemos aprendido a apreciar, que todo lo que está afuera es mejor que lo que tenemos ( y lo dijo el Elvis , aquí tb hay)
Por esto mientras  los elencos, buscan mejorarse y mendigan entradas y invierten morlacos,  la gente siempre asistirá mas, a grandes producciones que te hagan orinar de risa, nada más.  Con esto no quiero decir que orinar de risa este mal o bien, o que los teatros populachos ( jajajja  ya hable de eso en mi otro articulo búsquenlo) no deban ser vistos ( cada uno tiene el derecho de hacer el teatro que quiere – dice la Vicky), pero con 14 elencos, las condiciones debían ser diferentes, y la oferta mayor, aprovechando todas las posibilidades que te pueden dar 14 elencos y el que llega de  La Paz.
En Oruro el teatro es  subterráneo   fluye  entre el agua de copajira y aunque bulle, se pelea , se ha golpeado, sigue se sigue moviendo lo que permite y permitirá que el teatro no muera, pero viva,si, en agonía constante, enfermo de hepatitis de indiferencia, en Oruro a nadie ( que no haga teatro) le importa el teatro, y por eso sintomáticamente, HACER TEATRO EN ORURO  es pagar impuestos, HACER TEATRO EN ORURO  es no recuperar lo invertido, HACER TEATRO EN ORURO  mendigar entradas, HACER TEATRO EN ORURO  es pagar el porcentaje como si fueras un empresario de Broway, HACER TEATRO EN ORURO  es dejar garantías, HACER TEATRO EN ORURO es nomas  que el PALE , LA CASA DE LA CULTURA, EL PARANINFO, estén eternamente en refacción, y luego de seis meses, nada se haya refaccionado.
Muchos dirán  ( en el Seduca, en la Universidad, las autoridades ) pero las producciones en Oruro son malas o populachas, y si ,  y no, las falencias técnicas de una puesta en escena, la necesidad de mayores propuestas, implica un proceso serio de formación, que aunque ahora quiere ser asumido por  el gobierno, aun en la actualidad, en Oruro no se asume  por eso aunque  los actores están liberados de impuestos, por ley, nos siguen cobrando. Así en la tierra sin Dios, pero con virgen, “quien desee hacer teatro, lo hará después de un taller, en el mejor de los casos, quien escribe comentarios sobre teatro, lo hará sin indagación alguna, quien se encarga de políticas culturales, sumará a su vocabulario la palabra teatro y difícilmente sabrá diferenciar entre un hecho teatral y una feria de artesanía o un espectáculo de variedades” (Karmen Saavedra;2008).
Pese a esto, HACER TEATRO EN ORURO, también lame sus heridas, y pese a todo lo que se ha dicho  dentro y fuera de la Organización y gestión de los actores en Oruro, y pese a que aun eso ha sido una puñalada mortera, hay un movimiento que desde las peleas y encuentro de egos, se ha encontrado, eso es un respiro, eso es una oportunidad, por tanto un inicio, escarabajo ( el que renace de la tierra ) también.
Discutir sobre ser  comunidad teatral, asociación o comunidades teatrales, es un avance, actores buscando identidad y acabando un poco, con ese mal habito snob de señalar lo que no se entiende de infravalorar lo que es diferente, para tener algun valor.
Al TEATRO en Oruro, le falta memoria, le falta ser registrado, le falta buenos comentarios, no más que eso le falta críticos que hablen a su nombre y se permitan ser brújulas del hecho artístico que implica una puesta en escena. ( me viene a la memoria, el articulo que tan ampliamente critique la otra vez, de la falta de educación en teatro), le falta publicidad, le falta público, le falta espacios, le falta teatros, al teatro de Oruro le falta teatros llenos.  Y todo eso es nuestra responsabilidad como GENTE DE TEATRO, pero no solo nuestra, sino de todos, los que quieren una vida mejor para si y para los que vienen.
Hacer teatro en Oruro, es un Odisea, en la que puedes vivir o dejarte morir, aunque  en escena uno muera de mentiras. Aunque por  ahora los teatreros somos sobrevivientes,  amates del vino….Feliz día del teatro¡¡¡¡

 Claudia Patricia Lazarte

Pdt: Aunque si eres escarabajo, es más fácil (todos los mensajes subliminales son pagados por los amigos del libro)

lunes, 24 de marzo de 2014

COMIENZA LA TEMPORADA 2014 DE ESCARABAJO TEATRO


Asoma el complejo edípico, se rebela el amor como plena relación de poder. Quien lo ostente es quien tiene derecho (privilegio), al ocio. Los dos desafortunados seres que se aman caen fatalmente en el círculo invencible de las repeticiones, el calabozo de la rutina sin oportunidad alguna a la ambición, perseguidos por el fantasma maternal, de la pesada de la historia: la tradición.

Las víctimas del amor feroz, que les roe lentamente los huesos, Esteban (interpretado por Javier Murillo) y María Luisa (por Narel Campero) sienten nostalgia del núcleo, de la seguridad primera y el bienestar fraternal donde, cuando menos ella no tenía miedo de la ilusión, y él era sobreprotegido por el mecanismo práctico de los mimos al machito de la casa. Es ese miedo a la ilusión lo que mantiene vivo al fantasma (la Madre, papel interpretado por Alejandra Rocha). Es así que aparece el segundo fantasma, un infantilismo circundante en ambos casos.

Esa infantilidad rebela la fragilidad del hombre, que sin la seguridad del seno materno no puede asimilar la vida, ni se le puede enfrentar, por ello es el más cobarde de los dos. Pues es quien no se atreve a distinguir otro horizonte. En el caso de ella, se aferra a la ilusión. Eso hace pensar que terminará usando los pantalones. Pero no es más que un retrato dicotómico de la mujer, que en un caso se aferra a continuar el inevitable cauce de la historia de su perdición y en el otro, se aferra a sus fantasías para no ceder a ese mismo cauce.

En esta obra, ESCARABAJO TEATRO, abre camino para nuevos actores del elenco, quienes se enfrentan a estados de ánimo muy cambiantes y contrapuestos por hilo narrativo de la adaptación del Vuelo De Las Grullas de Ana Istaru, lo cual habla muy bien de ellos. Hay que agregar la capacidad de adecuarse al espacio que la nueva administración de Café Sur, dispone para las artes. Y es que la imaginación lo puede todo. La escenografía y el ambiente se dispusieron muy bien para la obra. Y apenas es el principio. La temporada 2014 apenas comienza.

 

SERGIO GARECA 

almaeninvierno@yahoo.es

viernes, 21 de marzo de 2014

WONG KAR WAI O EL ORIGEN DEL UNIVERSO

Texto leído en la inauguración del ciclo dedicado a Wong Kar Wai en el Club de Cine "Kinetoscopio", Oruro.

Mijail Miranda Zapata

Me gusta imaginar las películas de WKW como el Gran Colisionador de Hadrones de la CERN. No dentro los criterios absolutos de la física cuántica, claro. Sino como un mecanismo condensador de la materia, en el que tiempo y espacio experimentan las mutaciones más inverosímiles y en el que, gracias a las fuerzas inconmensurables que se desatan, puede vislumbrarse el pathos esencial del universo. Así los científicos buscan recrear las condiciones que dieron origen a todo lo que conocemos. Para mí, como para otros tantos cinéfilos, la filmografía de WKW también adquiere ese cariz cosmogónico.

Uno de los tratados más hermosos que se han escrito sobre el cine y el arte en general, escrito por el ruso Andrei Tarkovsky, lleva el presuntuoso título de “esculpir en el tiempo”. Esa es una de las frases que mejor define la cinematografía como ejercicio creativo. Y eso, en significado y significante, son las películas de WKW. El tiempo esculpido en imágenes.

Como decía, me gusta pensar el cine de WKW como un portentoso aparato científico en el que el tiempo estalla, se disuelve, reposa, se recompone y se amasa en miles de posibilidades. Pero no siguiendo un predecible curso fisiológico, sino amoldándose a las necesidades, obsesiones y caprichos del autor. O sea, obedeciendo los dictámenes de la absoluta sabiduría del Creador.

Para graficar mejor esa confusa abstracción, me permito tomar una de las escenas recurrentes de In the mood for love: el contoneo de una aristocrática y espigada figura femenina entregada a un ralentí característico en el director. La composición cromática, el contraste de texturas, la intencionalidad del encuadre, la precisión poética en la concatenación de los cuadros, las elipsis que mutilan cualquier noción temporal o narrativa, el espacio diegético minuciosamente obsesivo, la cadencia del ritmo que alcanza lo visual sin limitarse a lo sonoro, la musicalización que se desborda a sí misma y lo abarca todo. Esa es la mejor forma de representar la labor escultora del cineasta, porque transforma un trozo de materia cualquiera –ir a buscar la cena o al trabajo o de compras- en una pieza que desborda épica, nostalgia y deseo.

Esa es la morfología del cine de WKW y esos también son los pilares temáticos sobre los que se asientan sus inquietudes creativas. Respecto a estas últimas, me permito tres apuntes.

1. Tendemos a catalogar lo épico en territorios grandilocuentes y extenuados. En In the mood for love, por el contrario, resalta esa épica por lo cotidiano, que ya se perfila en la filmografía anterior del director, pero es en ésta cinta en la que encuentra su mayor grado de destilación. Porque se insiste en los planos detalles, en la reiteración de acciones apenas modificadas, en la difuminación de los protagonistas bajo las sombras, en un tránsito cansino por espacios desvencijados.

Las creaciones de WKW son poemas épicos, aunque deliberadamente líricos, despojados de las despreciables cualidades morales del “heroísmo”. Espectros urbanos, que sin quebrar su rutina ni el tiempo que viven, alcanzan con recato el más extremo delirio. Y aun así, vencidos, se yerguen para seducirnos. Son héroes parias, como Nat King Cole cantando en español o una cantante tradicional china bajo sones gringos: desarraigo y atemporalidad, batallas perdidas. Todas las voces en WKW son errantes y han sido derrotadas. Por eso mismo son irresistibles, como la de Cristo, o la de los juglares en el medioevo.

2. Para nosotros, a este lado de la pantalla, los sucesos se hacen inalcanzables. Todo está hecho de distancias. La forma en la que WKW nos acerca a sus relatos plantea un mecanismo en el que podemos estar muy cerca, pero siempre ocultos, distantes. Por eso observamos todo a medio perfil, desde planos imposibles. El revelarnos anularía el juego. La sensualidad de esta experiencia reside precisamente en su predisposición voyeur. Nuestro cineasta anula los postulados de rompimiento brechtianos y parece decirnos: Se mira pero no se toca. Es también una forma de protegernos. Entregarnos a esa reconstrucción fractal del amor y el deseo nos aniquilaría. Un Big Bang emocional.

Chéjov decía que la felicidad no existe, que solo existen las ganas de alcanzarla. Bajo ese concepto podemos cobijar la tensión erótica del trabajo de WKW. No es lo que se muestra, sino lo que se oculta, aquello que subyace lo concreto. Entre las paredes de la habitación 2046 todos presentimos un magnético caudal de deseo. Es quizás el truco más atávico del erotismo, pero representa una sublevación al odioso imperativo contemporáneo: el ver para creer, o bien en este caso, ver para sentir. La erótica WKW representa la derrota del porno, el regreso a lo intangible, el triunfo de las pulsiones subterráneas por encima de las construcciones racionales, el tacto subyugando la vista.

3. “No podemos tocar el pasado, sólo podemos recordarlo”. Aunque fatua, esta frase que cierra In the mood for love además invoca esperanza. Desde la memoria, la eternidad del amor es infalible. Aunque lastime, recordar es la única garantía de poseer lo amado. Lo que transcurre más allá de nuestras evocaciones es tangible, pero también efímero e inaprensible.

Por otro lado, ese halo melancólico nos confiere un sentimiento de pertenencia. La nostalgia es el signo de nuestros tiempos. La nostalgia y la incertidumbre. Corremos por el mundo queriendo recuperar todas las memorias, conocer todos los secretos, nos desvinculamos de nosotros mismos, corremos a la montaña, lloramos en la boca de algún árbol e inevitablemente naufragamos. Como toda la estela de anacoretas postmodernos creada por WKW. Personajes que nunca están, que viven para marcharse y huyen siempre, porque necesitan y buscan padecer un pasado. Anhelan con pasión lo que en principio rechazaron.

Esa fue la vida de WKW. Vivió su infancia en un país con un dialecto distinto, en el que no podía comunicarse con el resto y la única forma de vincularse al mundo era escapando de él y refugiándose en el cine. Seguramente dentro la sala oscura se entregaba a historias de otros tiempos y otras latitudes, las hacía suyas, las reinventaba para acercarse más a ellas y, en algún otro simulacro de fuga, extrañarlas. Al salir, lo imaginamos inconexo con su nuevo hábitat, añorando su Shangai natal, la música de su infancia, los amigos de la calle, alguno de sus hermanos.

Y así comenzó a esculpir el tiempo, no me caben dudas. Fotografiando sus propios recuerdos, mezclándolos con los personajes ficticios de la gran pantalla y proyectando esas creaciones, tan íntimas, tan sentidas, tan puras, en un sublime ecrán imaginario.

Así, nace un gran cineasta, un verdadero artista.

jueves, 20 de marzo de 2014

LA NECESIDAD DE DESCUBRIR LO HABITABLE: una mirada a LUMBRE DE CIERVOS de Emma Villazón


Emma Villazón es una máquina de leer. Será por eso que la lectura la ha llevado a distancias insospechadas y, desde luego, de ellas ha vuelto con un bagaje comprometido con su propia escritura y con la poesía misma.

Muchos hemos pensado que Emma ha nacido anciana, y será por las puras ganas que tiene de nacer, no de morir o de enfrentarse, a sabiendas, a la resignación de envejecer, como lo hacemos el resto de los mortales. Lumbre de Ciervos, su más reciente libro publicado, comienza con un par de epígrafes que emplazan a ese nacimiento como una convocatoria a nulidades inmemoriales pero siempre presentes.

En el libro, el paisaje, como una pintura de acontecimientos sin rastro, se expande en las palabras y por las palabras. Despertamos (o nacemos) en medio del bosque, obligados a explorar la identidad de esas cosas, esos seres, la tipografía en sus acontecimientos mínimos y sus aproximaciones.

La búsqueda equivale a la proclamación del Ser salvaje y, en esas circunstancias,  el nacimiento es el único conocimiento. Nuevamente obligados a percibir aromas y sensaciones, la poeta y el lector, encuentran el recuerdo de un sueño presumiblemente inexistente entre episodios oníricos, en la fluctuante fertilidad en la convocatoria al “Hijo”, “¿¡Un indio coloso!?”.

En tales sueños aparecen animales de todas las especies, incluso escritores y mercaderes. Entonces comienza a sobreponerse un segundo paisaje y se presenta la lucha del mundo natural-artificial del Ser civilizado, sin que ese retorno a la civilización nos prive de ver en el fondo la evocada Lumbre de Ciervos.

Esa lumbre es la presencia del inicio, el arcano innombrable y propio de cada Ser. Así, de lo onírico a lo subconsciente existe un extravío en las palabras. La exploración se torna confusa entre los paisajes sobrepuestos, entre el Ser vestido, cubierto, casi disfrazado y el Ser desnudo, primigenio y salvaje. “¿Quién Habla Aquí? Ni la autora lo sabe”.   

Todo esto porque la lengua natal es propia y no colectiva. Razón esencial que se pierde al llegar a otro, que ya es extranjero del “Yo”. Por lo tanto el poemario es un atentado a la comunicación, o cuando menos proclama su sinrazón. Así sea la invitación al origen del Ser esencial entre la confusión de las palabras-seres, las palabras-árboles, las palabras-animales o las palabras-follaje; el libro dice exactamente aquello que no se puede decir. La Lumbre de Ciervos se ve, y a su luz distinguimos el mundo pero es inalcanzable, como es un golpe de suerte dar con los gamos quietos, siendo ellos por naturaleza tan huidizos.

Conquistar al ciervo, cazarlo, sin intensiones deportivas, equivale al placer sexual, a un primitivísimo instinto de encontrar lo conocido en ausencia de la razón. Entre la lengua extraña, la lectura se aveza.

Bien puede explicarnos el fenómeno la cita que la misma autora hace a una misiva de Marina Tsvetáieva a Rilke: “Para el poeta no existe Lengua Materna. Escribir versos significa traducir.”

La lengua no-natal es nuestra lengua verdadera. El poema-logos del libro parece ser “OTRAS CARTAS DE CIERVOS A POETAS”: que remata con el verso “la vida está oculta.” Y otros que lo antelan “Yo desentierro, te desentierro, los desentierro y los pinto, / parece decirme al mirarme escarbándome, aunque a sí mismo / no puede.”

Los paisajes a lo largo de la lectura se sobreponen aún más entre el bosque, la ciudad el hogar y el mar. Pero el Ser confuso y explorador ya se ha revelado. Y es el Ser el que le da unidad al mundo. La necesidad de  descubrir lo habitable. El instinto.

En el bosque de lo nombrable la Lumbre es la palabra, no la familiaridad sino la habitabilidad en lo que es también inconcluso como los mismísimos mecanismos de la vida. Lo que transcurre.   

Así el Ser será siempre un Ser migrante, en la realidad y en el lenguaje. “—de tu mano cerca, íbamos a la lejanía”.

La poesía es el colmo de la naturaleza. La Tormenta indomable. Y así nos incita a vivir, al filo del trueno.

Algo más sobre la autora: Nacida en Santa Cruz en 1983, Ganadora del I Premio Nacional de Poesía Petrobrás de Santa Cruz, publicó “Fábulas de una caída”, tras lo cual nos ha dejado en ascuas durante cinco años antes de ver un nuevo trabajo suyo. Obtuvo una Mención de Honor en la versión del Premio Yolanda Bedregal 2011. Ha sido prontuariada en las antologías “Hallucinated horse. New Latin american poets” de edición bilingüe de Cecilia Delgado y Thomas Slingsby; en “lo más profundo…  ¿la piel? Escritoras emergentes de Bolivia” de Giovana Rivero y “Cambio Climático. Panorama de la joven poesía boliviana”, a cargo de Juan Carlos Ramiro Quiroga, Jessica Freudenthal y Benjamín Chávez, que dicho sea de paso ha circulado también en edición bilingüe Francés Español. Recién nomás el año pasado representó a Bolivia en el 10º Festival de Poesía en Venezuela.

viernes, 14 de marzo de 2014

NO HAY NADIE DETRÁS DE LAS MÁSCARAS

“¡Qué voluptuoso cuadro el de ese baile de máscaras!”

“Y esa multitud -la pesadilla- contorsionábase en todos sentidos (…), haciendo que la música pareciera el eco de sus propios pasos.”

 

“habían tenido tiempo para darse cuenta de la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie”

 

“A decir verdad, la libertad carnavalesca de aquella noche era casi ilimitada. Pero el personaje en cuestión había superado la extravagancia”

 

“Hasta en los más depravados, en quienes la vida y la muerte son siempre motivo de juego, hay cosas con las que no se puede bromear.”

 

“La máscara que ocultaba su rostro representaba tan admirablemente la rígida fisonomía de un cadáver”

 

“Pero la máscara había llegado hasta el punto de adoptar el tipo de la «Muerte Roja». Sus vestiduras estaban manchadas de sangre, y su ancha frente, así como sus demás facciones, se encontraban  salpicadas con el horror escarlata.”

 

Edgar Allan Poe

 

El valor de la muerte. Así como pensamos que era necesidad de Dios tener a cuatro integrantes de la Espectacular Poopó en su presencia para poder alegrar aún más sus divinos días, sabemos que la muerte no es en realidad la que nos provoca un luto tan perseverante desde el día del accidente de la pasarela.

La orureñidad, está acongojada pues no le duele tanto la muerte misma como la patada del destino en el centro mismo del orgullo.

Si así fuera se hubiese conmovido alguna vez en la partida de personas que dieron su vida por su tierra o en ella hicieron lo posible para que ésta tuviese un lugar digno en la opinión del resto del mundo, pues es indudable que nos interesa mucho el qué dirán.

El día lunes de carnaval, lunes del diablo, murió también don Alfonso Gamarra Durana, intelectual y académico orureño que nos legó una decena de libros y escritos dispersos en artículos y otros. ¿Esta muerte igual de trágica no nos mueve a enternecernos y despedir con dignidad a alguien que dedicó su vida a la cultura?

De esta comparación podemos concluir que la muerte, o la vida por afirmación dialéctica, no es lo que en sí nos afecta y conmueve. La muerte, y su tragedia, es la máscara de nuestra indignación.   

 

La viveza criolla.  Como bien lo dijo mi amigo Bruno Ayllón, se nos ha caído la pasarela y con ella la viveza criolla, la incapacidad de poder tapar nuestro desastre personal y social. Y ahora, con colmillos afilados, como verdaderos vampiros, salimos a la noche en procesiones a oler la sangre a alimentarnos patriótica y cívicamente, nos acurrucamos a conciliar el sueño en el ataúd, cavilando lo más placenteramente posible, a quién echar la culpa. Nuestra ciudad es fantástica, por lo mismo, la fantasía hoy brinda un cuento de terror.  

 

La culpabilidad. Aunque no es mi intención arruinar un maravilloso cuento, me llama sobremanera la atención la capacidad de acercarnos tanto a la ficción, en este caso al excepcional cuento de Edgar Allan Poe, “la Máscara de la Muerte Roja”.

En esta joya de la narración, un príncipe cierra la puerta a una terrible peste, para organizar una fiesta interminable. La fiesta concluye con la aparición de un enmascarado misterioso. Iracundo por tal osadía el príncipe intenta dar muerte al enmascarado. Terrible es la sorpresa para los invitados el descubrir que detrás de la máscara del culpable del fin de su festejo, no hay nadie.

De igual manera, en una ciudad de enmascarados. Se nos ha presentado un fantasma, quizá el fantasma de nuestro desastre social y cultural a quien por nuestra vanidad hemos cerrado las puertas de nuestra conciencia y hoy que buscamos culpables y aunque queremos saciarnos con la venganza, nos daremos cuenta que tras la máscara de nuestros fantasmas no hay nadie, por lo menos no alguien con un cuerpo y un nombre. Porque así como el carnaval es intangible y anónimo. Nuestro terror también lo es.

 

Divagaciones. La desgracia ha servido de pretexto para las exposiciones más recalcitrantes de motivos y des motivos acerca del carnaval. Dueños absolutos de la fe, dueños absolutos del sentido y simbolismo, dueños absolutos de la devoción; mesías de la obra maestra, con un “devociómetro” dispuesto a ser instalado en la plaza para medir el espíritu de cada uno de los orureños, solo para tener el derecho de señalarnos unos a otros. ¿Habrá otra manera más expresiva de la psicosis colectiva?

Desntro del mismo grado de locura, nuestro sub-consciente colectivo, sigue fiel a su raíz más honda a su circularidad, a su impasividad, a su perseverancia “Y una vez más, la música suena, vive en los ensueños” como dijera el mismo Allan Poe, porque esta generación, tan soberbia y borracha, más que de alcohol, de falso orgullo; solo durará un par de campanadas en la historia del carnaval, en la historia de nuestra historia que no se conmueve y no se detiene caiga  lo que le caiga encima.

 

 

SERGIO GARECA

almaeninvierno@yahoo.es

jueves, 13 de marzo de 2014

DESGARRANDONOS LAS VESTIDIRUAS ... DE ACLARACIONES...

Desde el primero de marzo he leído todo tipo de posiciones, discursos condolencias etc. (desde las más extremas estilo PONCIO PILATO lavándose las manos, a meras beatificaciones condenatorias), sobre la caída de la dichosa pasarela. Que han alimentado, el desgarra – miento de las vestiduras ( que aunque a mí me parece divertido y sexi), de un tiempo a esta parte, mas allá de alimentar el debate demuestran nomas, nuestra obtusa, elitista, descontextualizada, y sin más ALIENADA mirada del carnaval y por ende de nuestra realidad.
Y aunque para mi todos estos debates, han sido cachascanescos, mescla de asombro y bufonería ( esto es explícitamente con lo del TURISMO RELIGIOSO) etc., me animo, a pedir la palabra para kaykearme yo también,  asi putiar con todo mi derecho al putazo limpio.
No obstante mi kaykeamiento, pasa por de - clarar algunas cositas:
Sobre los indolentes bailarines, hijos de su Pin Floyd ACLARO; Hace como dos años ( y debo contar esto, dado que he tenido la suerte de ver el carnaval siempre desde la boca calle), estaba a lado  de una vendedora de sucumbes, que se levantó, de pronto y  hecho a piso, todo lo que tenía que vender,  le dijo a su marido “ el diablo está caminando” vámonos¡¡¡ minutos después mientras ellos se iban un hombre cayo de una gradería, se rompió la cabeza , la sangre se esparció, y murió. El diablo que camina o la muerte que te lleva, son cosas que  pasan en el carnaval de Oruro mezcla de misticismo miedo y etc.  Por eso mismo,  que es la MUERTE, en este contexto.
Desde tiempos inmemoriales, en este resbaladero de dioses que es Oruro,  el carnaval  es una fiesta de la vida y la muerte,  se danza la muerte y asi se celebra la vida, y gracias a esto se garantiza la reproducción, no por nada el carnaval empieza en noviembre  mes de muertos, no es un invento católico, etc. está profundamente ligado a la cosmovisión andina, donde hay una conexión especial con la MUERTE; no es casual morir en carnavales, de hecho la danza es un encuentro con los muertos, con esto no justifico la corrupta, imbécil y mediocre gestión de la alcaldía, ni la indiferencia del ejército que debía respaldar  estas pasarelas, para que no HAYA MUERTOS. Sino quiero aclarar a los que  descontentados que se rasgan la vestiduras, porque la entrada  continuo,  que continuar fue una forma de honrar a nuestros muertos, desde la danza, llorar y bailar con una incertidumbre de sentimientos, no fue fácil. Pregunto, todos debíamos llorar? Caminar? Peregrinar?, acaso no se tiene el derecho a expresar nuestros dolores como no de la gana. Y Si la entrada continuo, también  porque invertí plata en mi traje, porque ahorre todo el año para bailar, porque tenía que bailar para la virgen, que tiene de malo? Acaso  todo eso es expresión de vida y muerte,  asi me recuerdo que estoy vivo, y me aferro  a esta vida.
Además les recuerdo que el carnaval se crea en ese sentido,  bailaban los excluidos dolientes de la vida y la sociedad, en peregrinación, bailaban el dolor de su existencia, de lo perdido, de sus muertos…. Sin llorar¡¡¡¡ como dice la canción, porque llorar no garantiza nada.
Sobre que el carnaval, es un negocio, Aclaro; Esa afirmación , no  ha descubierto el agua tibia. Claro pues es un negocio, como todo en este mundo, eso lo sabemos los que gastamos y los que ganamos, sea como sea, recogiendo latas, vendiendo comida, bordando, o tirándote el dinero de la sede. Es pues un negocio, pagas el precio, y asi aseguras la felicidad, sea cual sea esta. Como se regula eso? Esa es la pregunta que los Orureños no pueden responder, como ser objetivo, incorruptible y coherente, en el marco del desorden, y la peregrinación que implica cargar sobre tus hombros estas pruebas, que implica pagar el precio. Como cuestionas desde la fe, si la fe es incuestionable.
Sobre los afectados, (Y con eso no estoy insolidarizandome, con al familias de los afectados); Primero ,  hola pero la solidaridad no es compasión , perdón pero la tragedia podía ser a cualquiera, no especifica si es o no banda. Y Las consecuencias hubieran sido diferentes si eran danzarines? Si seguramente menos vendrían a bailar, listo.  Evidentemente ser músico de banda en el carnaval tenía una condición de periferia (principalmente por ser indígenas). Pero ahora los músicos que tocan aunque  son de escasos recursos, tienen otras  condiciones, son participantes activos ( y talves la tienen más clara que los lucidos),  con posición política clara y consientes del poder que tienen y la importancia de ellos en el carnaval,  La idea de los cuasi esclavos, con sus capataces lo danzarines, que los han  obligado, es  tele novelesco, no es real. Claro el carnaval es pues un ato de estructuras, que reflejan y legitiman todo el orden Orureño clasista , racista, y machista, pero  tambien ellos son parte, de esto.
De la Alcaldía; la desfachatada, obtusa, autoritaria, moralista, mediocre institución que nos gobierna, tiene nomas lo que es, empezó cuestionando al espacio público como tal, para que desde ese lente se asumiera que tiene las cosas claras. Pero no… con una planificación gestionaría cavernaria, retrasada en 40 años, que más puede hacer, debería ser el marco objetivo de la acción, pero no, basta ver sus publicaciones  turísticas, sobre el carnaval, basta ver el nivel de  improvisación, y el autoritarismo. Pero la cojudez no es de ellos, es nuestra, por elegirlos, por tolerarlos y porque después de esto NO VA PASAR NADA, tan no va pasar que la ALCALDESA  puede llenarse la boca diciéndonos que la hemos elegido, como una cruenta sentencia, de nuestros propios castigos.
De las otras instituciones; NO ME EXPLICO QUE CARAJOS hacen sino hacen nada. Nosotros nos ocupamos del espectáculo….  Ya asumo que hay que hacer el espectáculo, pero eso te deslinda de que lo demás, que no es espectáculo, sea una mierda. Nuestro objetivo es el aporte de la invetigacion…. Eso existe?. Se aporta a la parte investigativa?.  Se tiene los datos específicos, de todo el carnaval, se promueve investigaciones del estado del carnaval actual, mínimamente, se cuenta con estados del arte de las publicaciones sobre el carnaval. Y si esta otra institución tiene claridad, en todo eso, por qué diablos no plantea una propuesta clara objetiva y fidedigna de una planeación urbana social , cultural y etc. del carnaval, acaso  no son la parte pensante??????
Del carnaval Mismo; Cuando nos declararon Patrimonio (pese a la envida chauvinista  e identitaria de los otros y nosotros), nos neoliberalisamos, eso alieno la condición de lo que es el carnaval y eso no está mal, ni bien, solo es lo que es.  Ahora, el carnaval es un hecho turístico, pero el problema  no parte de ser o no  turísticos, o negocio, o que ya no sea parte de quien lo invento. El problema, parte de que la fiesta que se inventó en un pueblo, aun  funciona bajo esa lógica.  Señores el Carnaval ya no nos pertenece, solito a trascendido las fronteras, el carnaval  nos ha sobrepasado como sociedad, y nos ha nsobre pasado por que la pensamos desde nuestra obstusas neuronas cavernarias, de hace 70 años, ahora todo ha cambiado. LA CAIDA DE LA PASARELA, ES NOMAS SINTOMA DE NUESTRA IMPOTENCIA, LAS MILES DE PREGUNTAS, LOS MILES DE CULPABLES,  SON NOMAS LA FALTA DE RESPUESTAS, ANTE UN CARNAVAL DESBORDADO,  EL CARVANAL COMO UN GITANTE MOUSTRO HA CRECIDO, PERO NUESTRA MEDIOCRIDAD PARA ENTENDERLO, NOO.
De todo lo que se ha dicho; No quiero terminar sin mostrar mi repudio a quienes han aprovechado  estos acontecimientos, han amenazado  con lo del Patrimonio (sabiendo que no es real), a quienes en los medios han manifestado no volver a Oruro  por su inseguridad ( no vengan lo los queremos aunque sabemos que vendrán), a ellos todos ellos decirles PELOTUDOS, lo que ha pasado pasa en los grandes eventos, NO DEBERIA PASAR, pero pasa…..
Para terminar, tengo el extraño miedo de que  vuelvan las siete plagas , ya no en forma de lagartos víboras u hormigas, sino en mostros de corrupción, autoritarismo, ceguera crónica, mediocridad y la virgen kunfu que ahora está al pie del cerro petrificada eternamente, no logre acabar con ellas, y luego de esto NO PASE NADA, asi la tierra pedirá mas sangre, mas muertos para seguir rasgándonos las vestiduras.
Claudia Patricia Lazarte

lunes, 10 de marzo de 2014

DE “DIABLÓDROMOS” Y OTRAS MOJIGATERÍAS

Mijail Miranda Zapata

Ha pasado poco más de una semana desde la caída de la pasarela en la Avenida del Folklore en Oruro. Han pasado de 4 a 5 muertos, los heridos de críticos a estables, la noticia de primicia de tragedia a “da poco rating si no hay sangre”. Los medios informativos y las redes sociales han pasado de luto, solidaridad y bendiciones a volquemos la página que se vienen las comparsas y hay que enterrar el pepino. La orureñidad en pleno ha pasado de una inconsolable orfandad de músicos a su tradicional y recalcitrante chauvinismo poblano. Y así los posibles culpables, usamos el primer término por estricto rigor periodístico, se han convertido en inclementes verdugos y las víctimas en difamadores oportunistas. La lógica de siempre, ¿por qué exaltarse?

Ese mismo día, el sábado de peregrinación, conversando con amigos y familiares, constaté una de las lógicas más cruentas del carnaval. “Más bien no ha caído sobre los danzarines”, fue un comentario que se cernió incandescente sobre mi cabeza. Fue aún más triste confirmar que esa idea no era una mala coincidencia, era una certeza extendida por toda la ciudad. Ese es el rostro oculto de esta, subrayo, festividad religiosa. Que no nos confundan, los muertos de Oruro, los de la banda Poopó, no son producto del azar, tampoco de un capricho celestial o un castigo divino. Las vidas que se desvanecieron entre la pasarela son resultado de una sistemática escalada de violencia que ha desplazado a la mayoría de los orureños de la fiesta que se forjo entre las manos de sus mismos abuelos. La mayor expresión popular de la ciudad escindida de la esencia misma de su nombre, el pueblo.

¿Quedan dudas? Hubieron jóvenes que se quedaron varados en la pasarela, que rompieron sus cobertores, que osaron disfrutar del baile y compartir la devoción por la virgencita con el resto del público, que no tenían los 50$ para pagarse un asiento promedio y decidieron apelar a la viveza, porque creyeron que también debían ser parte del festejo, para ver una pizca del cada vez más desproporcionado Carnaval de Oruro. Para muchos, estos son los culpables del desastre, son los que provocaron las muertes, los que enlutaron y mancharon la imagen de una ciudad y su único atractivo. Además, esos alegres muchachos, ahora heridos y ensombrecidos, estaban en estado de ebriedad. Las señoras se persignan, los caballeros se indignan. Entre esa masa homogénea de beatería está Rossio Pimentel, Honorable Alcaldesa Orureña.

Poco después del accidente comenzó a circular una ingeniosa propuesta. Trasladar la entrada del carnaval a un ámbito aún más privado, un “diablódromo”. Sacarlo de la ciudad y alejarlo de la plebe. Todo bajo un título irónico, desvergonzado e hilarante: “turismo religioso”. Entonces, es necesario recordar que uno de los justificativos por los que la entrada continúo el día sábado y domingo, a pesar de la molestia general, fue la inversión que habían hecho los danzarines y espectadores. Obvio, habría que  agregar las pérdidas que sufrirían los organizadores. No olvidemos que este es un negocio redondo. Ser presidente de un conjunto o miembro de la ACFO no es un trabajo, es un estilo de vida. Ese es el carnaval de Oruro, el festín de una élite incapaz de conmoverse con la muerte del que llena de música el espectáculo, o el que le sirve la comida, o los niños que le recogen las latas de cerveza. Es un bacanal insensible que para sentirse menos culpable usa el manto de la virgen del socavón como bandera de religiosidad y compasión. ¿Turismo religioso? Una de dos, o se sacan la venda o dejan de hacerse los cojudos.

¿Quedan dudas? Otra justificación, usada para obligar a los músicos a acompañar la entrada a pesar del duelo, fue la de los contratos que éstos debían honrar con sus empleadores. Los bailarines, como capataces, tirando de sus obreros para que la fiesta continúe. Y siguió nomás.

Pero, escribimos todo esto a la distancia. Cuando por primera vez, luego de más de 10 años, no asistimos al carnaval. Nos lavamos las manos, al mejor estilo de la Alcaldesa y los responsables de la pasarela, porque este año no estuvimos en Oruro. De otro modo habríamos pagado los 100$ que cuesta el asiento en la plaza, le habríamos comprado otro a la novia y después de las muertes, quizás tras unas lágrimas y algún torpe brindis cuasi poético en honor de los artistas caídos habría seguido la juerga y hubiera defendido a regañadientes mi inversión. Porque si, la novia es nueva y esa es una inversión.

Ese es el Antruejo de los Andes, la peor cara de la hipocresía, un pasatiempo misógino, una ceguera desenfrenada, el negocio más rentable, la válvula de escape más disimulada. Catalizador de localismos y regionalismos. Un diagramado que divide ricos de pobres, jaylones de cholos y cholos de indios. ¿Lucha de clases? Si, sueno anticuado. Así están y estuvieron las cosas.

Twitter: @mijail_kbx