domingo, 14 de julio de 2013

EL ESCARABAJO ESPERA A GODOT Y YO ESPERO AL ESCARABAJO


Desde hace unos cuantos meses, el último domingo de ellos; el elenco Escarabajo Teatro, pone en escena una obra para deleite de inquietos estudiantes e impacientes espectadores domingueros.
En la última ocasión aparece la obra Esperando a Godot, de Sammuel Becket, ambientada para nuestro medio. Osada obra del teatro del absurdo, en la que dos palurdos y conformistas mendicantes esperan la consagración de su destino: la presencia mesiánica de Godot que nunca llega, a su encuentro en el reloj de la plaza 10 de febrero, donde todos nos encontramos bajo cualquier pretexto alguna vez. Por mientras esperan, básicamente están jodidos. Uno de ellos es pobre tan pobre que hasta carece de razón, el otro, es pobre pero ni se da cuenta, en sus bolsillos están miedo y fantasía. Ambos parecen representar un reflejo de las dos caras mediocres de quienes se enfrentan a la historia sin más que la resignación, sin más aspavientos, el vulgo ignorante: el pueblo.
Luego irrumpen, la esclava, un engendro inhumano o niño caprichoso, borracho de poder. Magnífica interpretación, dicho sea de paso del muchacho que interpreta el papel. Por su parte la esclava, vapuleada y resignada a su suerte es tan carente de todo que ni siquiera tiene mente propia. Protagoniza, a la mujer en su historia, sometida, obligada a pensar incluso en y con las condiciones de la mente varonil. Sin embargo nada la libra de esa suerte, ni siquiera un minuto de lucidez. Llena de detalles irreverentes y descabelladas fantasías la obra transcurre en espera de lo que nunca llega, reflejando nuestra propia condición de seres perdidos en un abismo de estupidez. Es una obra estridente y un reto bien afrontado por el elenco, que bulle talento joven. No dudo que muchos de ellos encontrarán su vocación en el difícil arte de las tablas y otorgarán a esta ciudad llena de caretas y caretillas una fiesta de sinceridad a través de la actuación.

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