Será, no será— he dicho. Al final sí era. Mi heroína personal
MILENA FERNÁNDEZ se encontraba en la plaza principal de Oruro. Justamente en el
reloj; esperando pues a que llegue la hora en que la dejen ver el cuaderno de
investigaciones en la fiscalía o a que alguien le diga: te perdonamos Milena.
Personalmente no soy quién para
estarla disculpando, porque al final no ha hecho nada malo. Solo ha manifestado
su opinión en un programa de televisión, como lo hacemos muchos. Y qué pena
haberlo escuchado de su boca, pero yo sé que mucho hipócrita le ha roto el alma.
Todo poeta sabe que las palabras
tienen poder. No es nomás estarlas diciendo porque sí. Pobre Milena que tuvo
que aprenderlo así. Una palabra equivocada y el mundo se te viene encima.
A manera de fundar mediante este
artículo el Club de higiene urbana y bucal con su extensión de solidaridad “MILENA
FERNÁNDEZ”, por puro amor a la libertad de expresión, me atrevo a puntualizar
lo siguiente.
1. Quien
esté libre de culpa que arroje la primera basura, como ha dicho el Mauri. ¿Cuántos
de quienes han rabiado por las palabras de Milena, podrán decir que no arrojan
ni una basurita en la calle, que les importa más que a su vida el olor a cianuro
que viene detrás del cerro de las explotaciones mineras a cielo abierto, los
desechos tóxicos enterrados en nuestras pampas, la contaminación del Uru y
tantas otras cosas? Creo que pocos.
2. Quienes
dicen que en realidad no es lo que dijo sino cómo lo dijo, seguro esperan la
resurrección de Enrique Zeballos, conocido periodista e intelectual orureño, para
pedirle explicaciones por haber dicho en su tiempo que el mercado Campero era
el mercado más sucio de América. O también deben estar esperando que el genial
poeta Héctor Borda Leaño, regrese alguna vez a su tierra, Oruro, y reprimirlo
para que no pueda leernos esos versos que están entre mis favoritos y que dicen
algo así como: cuando nuestros carnavales eran más hediondos, digamos más sur
américa, más Oruro… menos mascarada del CAN, menos gringa culona y menos coca
cola…
3. Hay
otros que dicen “la ciudad X y la ciudad Y también están llenas de basura”,
como si uno fuera más limpio porque el vecino se lava menos.
4. Nada
de esto hubiese pasado si quien decía “Oruro es una ciudad fétida”, hubiese
sido un entrevistado, cualquiera, en el Programa de Mariano Baptista, porque al
final nadie lo ve. Pero como a los orureños nos gusta ver ese programa de
mierda, fue todo un escándalo. Como hay tanta gente a la que el patrimonio de
la humanidad le ha tapado las narices, no siente la fetidez de nuestra pésima
higiene mental.
5. Al
final, no interesa si lo que dijo era o no era cierto. Tenía todo el derecho de
decirlo. Porque así como dijo George Orwell, la libertad implica escuchar
aquello que no quieres oír, cualquiera de nosotros puede decir lo que se le
antoje.
En fin, antes de que digan que el
errar es humano, el perdonar es divino y el rencor es de los orureños, la próxima
vez que Milena venga, le invito a tomar api con pastel.
SERGIO GARECA
almaeninvierno@yahoo.es
excelente sergio!!!
ResponderEliminarGracias!!! por la irreverencia de las conciencias a contracorriente...
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