(APUNTES AL ENCUENTRO DE
CANTAUTORES)
Para empezar, tocar el salón de
gala del Museo Simón I. Patiño es un lujito que no cualquier pelafustán puede
darse. Así que, a pesar de que muchos no conocíamos a las visitas de esa noche,
ni tan fría del 12 de julio, prometía
ser algo imperdible. Tanto lo sería que al final no quedó ningún asiento libre.
Éxito total, que excitó almas y consecuencias.
Gran labor de nuestros
cantautores locales Daniel Arancibia y Carlos Villegas.
Oír nuevas voces (nuevas para
nosotros), es siempre un evento difícil pues el público en general gusta hacer
de vacuno de cuatro estómagos y por cada uno de ellos pasa siempre la misma
comida desabrida. Habría que quitarnos la mala costumbre esa de rumiar nuestro
pasado. Raro es el público que se atreve, aunque dubitante, a enfrentarse a lo nuevo.
Es también difícil enfrentarse a
un público lleno de caras desconocidas, oídos desconocidos, ojos desconocidos,
colmillos desconocidos…
Encomiable actitud en ambos
casos.
Sucre hizo su aparición con Alejandro
"Pacho" González, para obsequiarnos feroces trinos de algarabía, las
monedas que quedaron luego del derroche del amor en falsas máquinas de ahorro
sentimental.
Denisse Gálvez desde La Paz,
templó la sala con su maravilloso sol impostado y convocó a serenidad de los
ríos a abrirse paso por la aridez de esa pampa que tenemos por historia y
corazón.
Desde Cochabamba, Raúl Ybarnegaray
nos presentó rimas tan frescas que parecían recién salidas del spa, pulcras y canoras,
muy bien recostadas sobre melodías diáfanas.
No conformes con eso,
recientemente algunos se han ido a Santa Cruz a seguir la Fiesta. Bien por
ellos y bien por nosotros, que tenemos nuevos tarareos que entonar en las
calles.
SERGIO GARECA
almaeninvierno@yahoo.es
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